miércoles, 24 de octubre de 2012

PARTE IV. REFLEXIONES Y COMENTARIOS SOBRE LAS FUERZAS ARMADAS DE LA NACIÓN

¿LAS FFAA DEL PARAGUAY SON CAPACES DE CUMPLIR SU MISIÓN?


Las Fuerzas Armadas (FFAA) del Paraguay no deben ser pequeñas como algunos pretenden, ni tampoco parecer grandes con unidades de denominación abultada, y sin guardar ninguna relación con la “dotación de Paz” o efectivos disponibles, sino que deben ser suficientes para cumplir eficazmente su misión institucional y funciones propias en su jurisdicción.

Toda FFAA, aun siendo pequeñas por sus efectivos y medios materiales, pueden llegar a ser poderosas cuando los oficiales son idóneos y las tropas disciplinadas, estoicas y con alta moral. Hay FFAA que parecen grandes y no lo son realmente en capacidad de despliegue en sus operaciones; por ello “hay que huir de la pequeñez real y de la grandeza aparente” (Platón).

Imagen extraída de google image.
Actualmente, los medios de comunicación permiten conducir las operaciones desde cualquier distancia; sin embargo, jamás eso debe impedir al comandante el acompañar todo lo posible con los oficiales, suboficiales y tropas, oyéndolos y hablándoles para conocerlos, entenderlos, y sobretodo, apreciarlos. En la paz y en la guerra deberá cuidar de la vida de sus hombres, no sólo para la lucha sino además tiene la obligación de pensar que un joven oficial, suboficial o soldado muerto, es para la patria una esperanza tronchada en flor. Para cumplir eficazmente sus obligaciones, cada comandante de Ejército, Cuerpos de Ejército y Divisiones, precisan contar con un Estado Mayor eficiente donde cada miembro sea altamente especializado en su respectivo campo (personal, inteligencia, operaciones, logística y comunicaciones) desde tiempo de paz. 

La creación del Estado Mayor el 10 de agosto de 1929, fue la mejor experiencia extraída de la guerra de la Triple Alianza (1864-1870) porque su carencia se sintió de manera cruenta en la conducción del Ejército paraguayo. Así que resulta necesario reconocer que el triunfo paraguayo en la Guerra del Chaco (1932-1935), con la conducción de José F. Estigarribia, se debió a la existencia de un Estado Mayor especializado y disciplinado.  

Hay estudiosos paraguayos que no sólo creen sino que pregonan que nuestras FFAA son incapaces de cumplir su misión, y agregan que son innecesarias. Sin embargo, nadie intenta proponer su sustitución, ni siquiera delinear perfiles razonables de otra forma de custodiar y defender los intereses vitales de la nación. Podemos creer que no son nuestras FFAA - como instrumento del Estado- las que marchan mal, sino que son las tareas que se les asigna en tiempo de paz, las que necesitan replantearse. Falta que los políticos elaboren y aprueben leyes que indiquen roles puntuales y significativos en consonancia con las funciones que la Constitución Nacional le otorga.

Aquí hay un error de óptica que conviene corregir de una vez porque da grima escuchar las sandeces que a toda hora se dice de nuestras FFAA. Desde luego, existe una serie de críticas sobre la institución; pero si se toman una a una, se ve que ninguna de ellas permite la conclusión de que deban suprimirse o achicarse; sino al contrario, todas llevan por vía directa a la necesidad de “reformarlas”. Ahora bien, dice Ortega y Gasset, “Lo mejor que humanamente puede decirse de algo es que necesita ser reformado, porque ella implica que es imprescindible y que es capaz de nueva vida, de nuevos roles”.

Se dice por ejemplo que no son eficaces. Los militares tienen derecho a preguntar, ¿para qué no son eficaces? Porque la eficacia es la virtud que una organización tiene para producir una finalidad, en este caso la finalidad de las FFAA sería: garantizar que los intereses vitales de la Nación y el logro de los objetivos fijados por el gobierno nacional, se hallen a cubierto de interferencias y perturbaciones sustanciales.

Considerando que los intereses vitales son los relacionados con la vida de la Nación, es decir, su existencia soberana como tal. Por ello, podemos considerar que los intereses vitales son las bases sobre las que descansa un Estado independiente y de cuya preservación depende su existencia. Su daño o violación trae aparejada una pérdida de la capacidad de la Nación-Estado para proyectarse en procura de sus objetivos, ya sea por disponer una libertad de acción menor en algún campo, cierta mengua en sus recursos o determinada disminución en su capacidad de decisión (la soberanía). Por todo esto hay que exigir de quien proclama la ineficacia o inutilidad de nuestras FFAA que posea él o ella una idea clara de cual es. Porque si en nuestro país no está hoy claro, ni siquiera teóricamente cuál es la función de las FFAA en tiempo de paz, es porque los políticos no proporcionan un cuerpo legal claro y en congruencia con las necesidades de la actualidad. Así que en este sentido, no es justo acusar de eficaz a las FFAA de la Nación. Estos hechos son contundentes y que no se confunda, la posibilidad y la urgencia de una reforma para hacerlas más eficaces, adecuándolas a las actuales necesidades del país, con declarar su inutilidad. Más valdría recordar que jamás el Estado paraguayo ha creado organización mejor estructurada y eficiente que las FFAA de la nación, tal como la historia tiene registrada.

Cnel. (SR) Teodoro R. Delgado
Luque, 24 de octubre de 2012

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