lunes, 12 de noviembre de 2012

EL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO Y LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA. PARTE II

¿Porqué la instrucción militar es tan severa?
Durante la guerra de la Triple Alianza en las inexpugnables fortificaciones construidas en Sauce, Kurusú y Kurupaytý; y en la del Chaco en Toledo, Nanawa y Gondra, y que se extendían por kilómetros por los cañadones y bosques espinosos tras una maraña de abatidas y alambradas. Para miles de soldados paraguayos era cotidiano vivir en aquellas trincheras rebosantes de barro, invadidas por innumerables ratas y llenas de basuras hediondas; además, acosados por insectos, el hambre y la sed. Sin embargo, estuvieron firmes e imperturbables en sus posiciones. Cuando el enemigo atacaba, las tropas paraguayas saltaban de sus trincheras y se enfrentaban con el huracán de fuegos de artillería, de cohetes a la Congreve, tanques, lanzallamas, ametralladoras, etc. Pero la mayor parte del tiempo, las tropas quedaban inmovilizadas en aquellos lugares mientras las enfermedades y el tedio se extendían en sus filas.

La instrucción militar es severa porque el soldado es el elemento principal del combate. Se impone al enemigo por medio del fuego y movimiento, pero solo él vence sus últimas resistencias, soporta el peso principal del combate y sufre los más grandes sacrificios. Por consiguiente, es preciso que el soldado cultive su natural instinto para la lucha; sus acciones deben estar dominadas por un sólo pensamiento: hacer frente al enemigo, cueste lo que cueste. Esto exige un alto valor por parte del soldado: consolidar y acrecentar constituyen la tarea esencial de la instrucción del tiempo de paz. Una unidad que está compuesta por soldados bien adiestrados, bien armados, con alta moral, tiene posibilidades de éxito, hasta en difíciles condiciones y aún contra un enemigo muy superior.

La guerra exige una disciplina férrea y la intervención de todas las fuerzas. El combate requiere de una manera especial la actuación de comandantes reflexivos y educados en la iniciativa, así como tropas capaces de vencer aun después de la caída de su jefe. Por estas razones, la disciplina debe predominar como soberana; y ella sólo puede conseguirse a través de la costumbre de obedecer al comandante y de la perfecta ejecución de las órdenes. Esto, sin coartar la iniciativa que es esencial, especialmente en las operaciones ofensivas.

¿No es injusto que hombres físicamente aptos, amparado por un artículo excepcional de la Constitución Nacional, mientras otros se sacrifican, ellos están cómodos y seguros en sus casas, ociosos en la cama, en la discoteca, en la taberna o en una mesa de juegos?

Lucio Anneo Séneca. Filósofo y político romano. Foto extraída de google image.

En primera línea están siempre las mejores tropas que saben soportar el griterío del enemigo, el rugir de los morteros y cañones, y las balas que zumban rozando el casco. El filósofo Séneca escribió: "Aunque te veas acosado y apremiado, es vergonzoso retroceder: La Nación te ha encargado la defensa de un lugar ¿Me preguntas cual? ¡El del hombre!"

Coronel (SR) Teodoro R. Delgado
Luque, 12 de noviembre de 2012

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