domingo, 12 de agosto de 2018

                         ARTÍCULOS Y COMENTARIOS MISCELÁNEOS
A partir de hoy domingo, 12-08-2018, empezamos a publicar algunos temas compuesto de cosas distintas. Esperamos sean de interés de los amigos.



PREVENCIÓN DE LAVADO DE ACTIVOS Y FINANCIACIÓN DEL TERRORISMO.
Considerando, que se habla mucho en este momento en Paraguay sobre este tema, hemos resuelto publicar el siguiente artículo, por este medio, para compartir con los amigos. Es copia casi fiel de lo publicado en «“You Tube” por la empresa mejicana, “ISA Avanza”».
¿Qué es lavado de activo? Es tratar de dar apariencia de legalidad a las actividades ilícitas o a las transacciones y fondos conexos. También es adquirir, resguardar, invertir, transformar, exportar, transformar, transportar, custodiar o administrar bienes ilícitos, mecanizar ganancias ya obtenidas en otras actividades ilícitas.
En la mayoría de los países del mundo, esta conducta es considerada delito, y también se conoce como lavado de dinero, blanqueo o legitimación de capitales entre otros.
Entre los delitos relacionados con el lavado de activos y la financiación del terrorismo está el enriquecimiento ilícito, los delitos contra la administración pública. También son delitos el tráfico de inmigrantes, la trata de personas, la extorsión, el secuestro extorsivo, la rebelión, el tráfico de armas, los delitos contra el sistema financiero, los delitos productos del consejo para delinquir. Y la financiación del terrorismo y administración de recursos relacionados con actividades terroristas.
¿Qué es la financiación del terrorismo?
Es proveer, suministrar o recolectar fondos de manera ilícitas con el fin de ser utilizados para cometer cualquier tipo de expectativa o de acto terrorista.
¿Cómo se puede Prevenir el Lavado de Activos y la financiación del terrorismo en la empresa?
1)      Es indispensable el conocimiento de Tercero: Para las empresas es importante conocer los accionistas, inversionistas, proveedores, clientes y demás grupo de interés con los que se tiene o tendrá alguna relación comercial o contractual. El conocimiento de Tercero implica saber entre otros: ¿«quién es, qué hace, dónde se encuentra ubicado, quienes son sus socios; y primordialmente, de qué fuente proviene sus recursos»?
2)      Verificación de la información. La información suministrada por el Tercero será validada con el fin de determinar si esta es real y consistente. Asimismo, que el Tercero no se encuentre vinculado con delitos asociados al lavado de activos y/o financiación del terrorismo.
3)      Monitoreo y seguimiento. El monitoreo y seguimiento de Tercero se realizará durante el tiempo que dure la relación con éste, con el fin de evitar o detectar situaciones que coloque en riesgo la empresa.
4)      Señales de alerta. De acuerdo con las señales de alerta identificada, se realiza el análisis respectivo, y se establece el tratamiento a seguir.
5)      Reserva de la información. La información suministrada por los Terceros y la generada a partir del seguimiento y monitoreo, es información clasificada como confidencial. Por lo tanto, las personas que tienen acceso a ellas está en el deber de darle dicho tratamiento.
6)      CONSECUENCIAS.
El no realizar las actividades de prevención de Lavado de Activo y Financiación del Terrorismo podría exponer a la firma y a su empresa a los siguientes riesgos:
7)      Riesgo de reputación. Es el desprestigio a la imagen y publicidad negativa, cierta o no a la institución y su práctica de negocios que causa pérdida de clientes, distribución de ingreso o procesos judiciales.

8)      Riesgo jurídico. Es verse inmerso en demanda sobre situaciones legales por tener una relación con un Tercero incurso en estos delitos. Una debida diligencia en los procesos es la clave para evitar que la empresa sea utilizada como instrumento en actividades ilícitas y sin su conocimiento o consentimiento. 
                                                     Luque-Paraguay, 10-09-2018.
















12-08-2018
¿QUÉ ESPERAMOS DE LOS MINISTROS DE MARIO ABDO BENÍTEZ?
Empecemos diciendo, sino hacemos suficiente esfuerzo para saber dónde elegimos ir los paraguayos, continuaremos siendo presas fáciles de los populistas en nuestra ciega búsqueda de ventaja inmediata, que no pocas veces se convierte en los males del futuro. Porque lo que nos ciega a menudo y nos hace olvidar de nuestra propia dignidad, es el excesivo afán de lucro que tenemos, ese afán nos hace olvidar todo sentido de decoro.
La función primordial de los nuevos ministros -ojalá que sean la mayoría político, porque son los políticos y no los técnicos los que conocen la aspiración del pueblo, amén de dar poder político al presidente de la república. Sus principales obligaciones consistirán en hacer funcionar lo que debe funcionar. De nada vale declarar a la prensa cada cosa que encuentra -según su parecer- que no está bien, deben saber que jamás nadie ha encontrado al asumir un cargo como Dios manda. Pero, cuando encuentra algún delito de cohecho, o de corrupción, o uso excesivo de prebendas; su obligación le impone juntar pruebas para luego elevar al fiscal correspondiente, y, después comunicar a la Prensa, para que el pueblo se entere, y no hacer al revés: comunicar a la opinión pública y ahí muere todo, y nadie va preso.
Cuando un jefe de Estado termina su periodo de Gobierno, las nuevas autoridades deben dejar tranquilo que vaya a su casa a descansar, entre otras cosas, porque el pueblo lo eligió y si no desempeñó su cargo a satisfacción, entonces el pueblo debe reconocer que se equivocó en la elección, por consiguiente, el pueblo tiene parte de la culpa y debe asumir el error. Pero la Justicia no debería dejar impune las corrupciones comprobadas, por lo tanto, su obligación le impone que caiga con toda la fuerza de la leysobre los ministros salientes; porque sin la complicidad de los ministros, el presidente de la república, tal vez, no podría dejarse cohechar.
Por lo común, los ministros tienen la tendencia de cargar sobre la espalda de sus antecesores la culpa por cualquier desprolijidades con que se topa, e inmediatamente comunica a la prensa; y luego se queda tan campante, olvidando el asunto. En este caso, mucho mejor sería cerrar la boca y no distraer su precioso tiempo en trivialidades o por mero deseo mediático. Ya lo dijo napoleón: «si pierdo una batalla, puedo recuperar en la próxima, pero lo que jamás puedo recupera es el tiempo perdido».
No puede caber duda alguna que los ministros serán seleccionados por su idoneidad. No obstante, es bueno recordar que la idoneidad como cualidad de un hombre no es otra cosa que el talento, y lo que lo completa o fortalece, la habilidad; es la suficiencia de una persona para ejercer su función. Consecuentemente, el pueblo espera de los ministros del Gobierno probidad y eficiencia, y no que sea meramente un excelente justificador de su ineptitud o promesas incumplidas. El que habla mucho suele poco aportar, por lo tanto, es bueno que sepan que a nadie le importa sus cotorreos.
El pueblo tiene derecho a saber lo que hace su Gobierno, pero no se jacte demasiado por las obras materiales que hace, para eso fue electo. Recuerde que es su obligación hacer algo provechoso para el pueblo con el abundante dinero que nos saca. Vale decir, nosotros los ciudadanos le damos el dinero, por lo que no es honroso que refriegue por nuestros morros, de cada obra que inaugura como si los gastos salieran de sus faltriqueras.
Si empiezan una obra y antes de ser terminada descubren que se omitió algunas obras complementarias indispensables que no se había ni previsto ni presupuestado. Consecuentemente, será necesario interrumpirla hasta conseguir el presupuesto correspondiente para enmendar el desastre. En este caso, lo primero que deben hacer es mandar preso por inepto a los ingenieros autores de los planos, y del costo de la obra. Es por esta causa que algunas obras magníficas en el plano, pero luego de terminadas lucen como el pantalón viejo con remiendo nuevo.
Cualquier ciudadano que desea construir para su casa sabe que cuando recibe los planos de la vivienda del arquitecto, y observa que el costo supera su medio, busca reducir el costo o la suspende antes de empezar. Porque si se empieza una obra sin contar con los medios requeridos hasta su terminación, es inútil despilfarro de los bienes del Estado y demuestra incapacidad.
Es malo, muy malo mentir al pueblo para tapar algún hecho malo. Nuestras autoridades deben mostrar constantemente que tienen carácter para reconocer el error y enmendarse; el mal uso del poder es la esencia de la tiranía. Por último, deben recordar que el poder siempre es temporal, y a veces, bastante efímero.
Entonces, ¿qué hacer para un Paraguay mejor? ¿Cuál es la verdadera causa del actual conflicto político y la corrupción generalizada que mantiene exasperado, y muy preocupado a los paraguayos? Según nuestro parecer, el asunto no es pelo de conejo ni de poca monta. Pero de lo que estamos seguro es, que los culpables no son ni el actual presidente de la República ni el Dr. Nicanor Duarte Frutos ni de Fernando Lugo, sino de una fracción del PLRA, cuyos líderes prefieren priorizar los crematístico y las prebendas, en detrimento de los intereses de la nación.
El Gobierno Nacional (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) y líderes políticos declaman, constantemente, que quieren un Paraguay mejor. Pero, ¿quién no lo quiere? El problema no menor es que algunos influyentes políticos que viven de la política -y sólo unos pocos viven para la política-, piensan no en la nación sino en su causa, creando controversias con el único propósito de lograr su objetivo (sus propios beneficios) avanzando por el atajo.
Confesamos estar totalmente desorientado, pues en más de medio siglo de pertenecer al Partido ANR, jamás hemos presenciado que el mismísimo presidente del Partido Colorado (Pedro Alliana), vote en contra de su correligionario que disputaba contra el candidato de otro partido la presidencia de la Cámara de Diputados. ¡Esto es inaudito!

Pero, ¿cuál podría ser la solución? Bueno, el único que puede resolver la cuestión -de modo definitivo-, es un hábil cirujano que sea capaz de extirpar el mal o la abolición del despreciable “LISTA SÁBANA”. Esta es una cuestión esencial, por consiguiente, los paraguayos del mundo entero deben tomar como un imperativo categórico si de verdad desean un Paraguay mejor. 
                                                      FIN

(14-08-2018)
Mañana 15-08-2018, asume en la República del Paraguay el presidente electo MARIO ABDO BENÍTEZ
ADIÓS AL GOBIERNO DE LOS TECNÓCRATAS Y BIENVENIDA A UNA NUEVA ESPERANZA PARA LA NACIÓN PARAGUAYA
El nuevo gobierno que asume mañana 15-08-2018, no puede tener la misma política que el anterior, ni servirse en situación tan diversa de los mismos ministros. Tratar de ejercer el gobierno con la misma estrategia sería malograr la ocasión de hacer un buen gobierno. La formación de nuevo gabinete corresponde al nuevo presidente, por lo tanto, también el cambio de la política.
Nuestro flamante presidente debe saber lo que quiere y hacer lo que sabe. Nada se puede hacer con seguridad si no se rodea de ministros idóneos, de personas dignas y apropiadas a la situación, nada será posible conseguir lo que el pueblo paraguayo espera.
El jefe de estado debe mostrar una política fuerte y esclarecida, que los ciudadanos encuentren garantías en su país y que ningún abuso de autoridad va a quedar impune. Entonces, podrá contar con el apoyo del pueblo, convencido que sus reclamaciones no pueden ser atendidas sino por un gobierno compenetrado de su misión y fuerte para combatir los desmanes de los partidos y movimientos políticos que se ubican en la oposición, no para colaborar señalando errores o injusticia o actos de corrupción de autoridades, sino sólo con la intención de desmeritar las buenas obras del gobierno.
El sentido de patriotismo ordena a los ciudadanos a quienes Dios los ha distinguido con sus dones, que valientemente reclamen del gobierno justicia para los paraguayos y que actualmente sigue siendo una utopía. Ningún pueblo deja solo a su presidente si este tiene a su lado una administración capaz.
La necesidad de tomar consejos de hombres atados a la situación por sus malversaciones o ciego espíritu del partido, es lo que hace al presidente el hombre indeciso y débil que la desgracia de la R. del Paraguay –en no pocas ocasiones- colocó en la silla presidencial.
El gabinete organizado por nuestro nuevo presidente de la república parece ser integrados por varones y mujeres: esclarecidos, razonables y de prestigio. Si así demuestran ser en sus respectivos cargos, le será fácil alcanzar una solución satisfactoria a los problemas que aquejan a la nación, especialmente la corrupción, la injusticia, las prebendas y el nepotismo.
El presidente de la república, Mario Abdo Benítez, a partir de mañana iniciará, esperamos, un gobierno en representación del Partido de la ANR, pero para toda la nación paraguaya como debe ser. Consecuentemente, es de esperar que ningún movimiento político del partido colorado no pretenda ejercer la política extrema con el único propósito de interferir los planes del nuevo jefe de estado.
La mayoría de los compatriotas de todos los partidos esperan, muy confiados, que nuestro futuro jefe de estado desempeñará el cargo como presidente de todos los paraguayos, y no de un partido ni de un movimiento, y que por medio de un gabinete moderado y sincero empiece la política de paz y progreso, ofreciendo garantías a todos los ciudadanos.

Finalmente, es de desear que: 1)no se cumpla las predicciones del influyente líder del movimiento “Honor Colorado”, Santiago Peña, que vaticinó pronta crisis al gobierno de Marito, y 2) ningún ciudadano ni grupo de personas pretendan violar el principio de autoridad con pretextos baladíes.



13-08-2018: dIARIO "ABC cOLOR" DE aSUNCIÓN-pARAGUAY

El legado de un mentiroso


Horacio Manuel Cartes Jara pasará a la historia, seguramente, como uno de los mayores artificios políticos de la democracia paraguaya, una figura eficazmente maquillada para engañar al pueblo y apropiarse de sus recursos. Después de meticuloso planeamiento y de haber financiado a candidatos de todos los partidos, Cartes ingresó formalmente a la vida política al iniciarse el proceso de las elecciones municipales de 2010, insinuando el deseo de rectificar desde el servicio público su oscura vida empresarial, signada por las dudas morales surgidas de su rentable actuación en la frontera paraguayo-brasileña. Su paso por la cárcel de Tacumbú, debido a su participación en un caso de evasión de divisas, mostraba, al inicio mismo del proceso democrático, que los límites éticos o legales no eran algo que le importara demasiado. Los paraguayos tenemos hoy totalmente constatado que el maquillaje que el presidente Cartes viene usando desde su ingreso a la vida pública es solamente eso, un maquillaje, pues el patrón de conducta que le caracterizó desde sus años en la frontera, la indiferencia moral más absoluta y el cinismo legal más completo, son hasta este momento las características reales que trata de esconder con capas y capas de cosméticos.




LA GUERRA DEL CHACO, Bolivia-Paraguay (1932-1935), por Adrian J. English.
Aunque no pretendo erigirme en paladín de la objetividad y de la justa verdad al comentar muy brevemente la obra del distinguido historiador militar irlandés, Adrian J. English, que con franca y viva complacencia la he leído. Considero un libro impecablemente escrito, objetivo y veraz, que atrapa al lector desde la primera página. Confieso que lo encuentro ingenioso y ameno que trasunta su profundo conocimiento de las historias militares de Paraguay y Bolivia. Debo confesar que fue un placer leer este fascinante libro, y mucho me complace dar una breve opinión sobre ello.
El hecho de su lanzamiento acá en Paraguay, es más que emocionante, un gesto muy honroso para nuestro país. Nobles y dignos pensamientos son los del señor Adrián J. English, cuya obra «LA GUERRA DEL CHACO – Bolivia-Paraguay (1932-1935)», en verdad es un precioso tratado de la historia de la guerra del Chaco. Sin ser perfecto, el trabajo de Adrian merece con todo, la preferencia por las condiciones de organización de cada campaña y cada capítulo, y el estilo ameno, entre todas las obras en español que haya sido escrito por los que no tienen como idioma madre, el español. Sin embargo, la obra se lee sin dificultad y hasta con deleite, mérito no pequeño del historiador europeo, por el don genial de su estilo conciso y de su penetración en las operaciones de Estigarribia el Grande. Este libro es muy digno de darle el espacio de nuestro ocio y meditaciones.
La primera aparición de este libro bajo el título de  “The Green Hell” (El Infierno Verde, en 2007); luego publicado en el 2013 por “Partizan Press”. Al traer al castellano su obra, ahora titulada «La Guerra del Chaco, Bolivia-Paraguay (1932-1935)» produjo una obra maestra, escrita con elocuencia y artificio maravilloso. Ponderamos como excelsa la pulcritud y la belleza de esta versión española del distinguido historiador irlandés, Ilustradas con 11 mapas; 19 croquis y 184 fotografías que enriquecen el contenido de la obra. Es más, ha demostrado tener un conocimiento acabado de las características de los aviones y armamentos utilizados por ambos ejércitos. Es un libro muy bien compaginado y perfectamente relacionado cada batalla que se lee con la anterior, y aquel con la siguiente.
La historia de la guerra del Chaco, a nuestro parecer, es un campo todavía no muy bien explorado por los paraguayos, aunque es bueno reconocer que actualmente hay muy buenos historiadores de aquella guerra que dejarán a las futuras generaciones de historiadores bellas fuentes, a los militares profesionales útiles experiencias y a la gente curiosa de la historia de aquella guerra un lugar donde beber el heroísmo de las tropas paraguayas, conducidas con eficiencia, firmeza y mucho talento por Estigarribia el Grande.
Como la historia es un proceso, no se puede aislar un fragmento del proceso y estudiarlo independientemente. En el análisis de esta guerra entre dos ejércitos valientes, estoicos y tenaces, el autor de la obra es contundente en su agudeza al analizar cada campaña y cada batalla del modo más apropiado. Las obras de Adrian English y de David Zook, norteamericano este e irlandés aquel, son las más importantes de nuestra historiografía militar escrita por extranjero, por la maestría de sus confecciones y la originalidad de sus conceptos.
Se puede apreciar que Adrian analizó los elementos que precipitó la guerra del Chaco con impresionante clarividencia. Esta primera edición en español del laureado historiador ha sido más que emocionante, es una responsabilidad asombrosa del autor. Porque el historiador debe ser responsable de la verdad, usando como guía para no extraviarse la moral de Kant y la ética del “Sermón de la montaña” que aplican los hombres de buena voluntad.
Este impresionante libro sobre la Guerra del Chaco, constituye el desafío más monumental de nuestro tiempo, a ese ideal de imparcialidad, de verdad, objetividad y de equidad en la narración de la historia militar. Para mi sorpresa el análisis crítico de cada campaña y cada batalla, pienso que no promoverá ninguna objeción, porque concuerdan perfectamente con los hechos, los principios de conducción y las leyes de guerra. El historiador ha de respetar los hechos, no solamente en término de exactitud, sino también para que no falte en su descripción ninguno de los hechos conocidos o susceptibles de conocerse que fueron relevantes. ¿Cómo decide el historiador qué hechos incluir y cuáles descartar? Para esto no hay como los historiadores extranjeros, que generalmente suelen ser objetivo y veraz como en verdad lo son los historiadores Adrian J. English y David Zook, porque como extranjeros, no se dejan llevar por prejuicios o sentimentalismos, por lo tanto ocupan una posición neutral al escribir sus obras.
La historiografía boliviana sobre la guerra del Chaco enriquece la obra de Adrian, porque no hay mejor conclusión que se puede hacer sobre la guerra considerada, cuando se mira desde el atalaya de ambos contendientes; vale decir, considerar también, los puntos de vista del otro lado. Por consiguiente, las consultas historiográficas militares de Bolivia y Paraguay son fuentes seguras para sacar conclusiones sobre la Guerra del Chaco.
Por último, quiero dejar por sentado lo siguiente: Nos guste o no, siempre existe un elemento subjetivo en las obras históricas, ya que los historiadores son individuos, gente de su época, con opiniones y perspectiva sobre el mundo que no pueden eliminar de su forma de escribir ni de su investigación, aun cuando pretendan limitarlas, subordinarlas a las dificultades del material con el que trabajan y permitir a los lectores estudiar su obra de forma crítica, haciendo explícitas esas opiniones y perspectivas. No me cabe duda alguna que a partir de ahora, la obra de Adrian J. English “La Guerra del Chaco, Bolivia-Paraguay (1932-1935)” será de consulta obligatoria para los curiosos de la historia de las guerras, los historiadores militares y especialmente, los profesionales militares. La ley suprema es la salvación del pueblo, y en la verdad no hay injuria.
Luque-Paraguay, 06-09-2018.

FIN


dIARIO “abc color” de asunción-paraguay

16 DE SETIEMBRE DE 2018

Días esperanzadores

Es un verdadero alivio poder decir, después de tanto tiempo de calamidades, que llevamos unas semanas llenas de noticias esperanzadoras. He llegado a sentirme agotado de escribir, describiendo y criticando, tantas situaciones negativas para el presente y peligrosas para el futuro del país.
Pero hoy puedo hablar justificadamente de una variedad de sucesos insólitos, que hace poco parecían improbables, que dan pie a la esperanza. Esperanzador es que el Congreso Nacional esté comenzando a limpiar sus filas al menos de los más impresentables de sus integrantes, por más que no sea por propia iniciativa, sino a regañadientes, protestando, quejándose y dilatando las decisiones cada vez que pueden.
También es esperanzador que las nuevas autoridades de distintas dependencias públicas estén comenzando su gestión aireando las irregularidades que encuentran. También, por supuesto, el exitoso operativo antinarcotráfico que está salpicando a tantos políticos, fiscales y policías.
Es un gran mérito no solo de la SENAD, sino de fiscales y jueces que están haciendo su trabajo como debe ser: correcta y también rápidamente, sin dilaciones ni vueltas. Sin embargo, todo ese trabajo se perderá si tropieza, en la etapa final, con la actitud acostumbrada de nuestro sistema de justicia: eternizar los procesos, cuando ya no encuentra forma de blanquear a los acusados.
Es por eso que sobre todo ha sido esperanzador que, al conocerse los nombres de los integrantes de las ternas para ministros de la Corte Suprema, haya habido un consenso generalizado en que se trata de profesionales prestigiosos, con méritos suficientes y con una trayectoria de honestidad personal.
Por supuesto que ha habido cuestionamientos a los ternados y es bueno que los haya, porque aspirantes a cargos tan decisivos para el buen funcionamiento de la justicia deben ser minuciosamente examinados, más aún con los reiterados antecedentes de “elegir a los amigos, aunque sean los peores” que han destruido la credibilidad de nuestra justicia.
En mi opinión son objeciones de poca monta y que estemos discutiendo tales minucias demuestra que la selección de estas ternas es un paso importante en la dirección correcta, porque las tres cualidades más importantes para quien debe impartir justicia, además de la idoneidad profesional, son la independencia, la imparcialidad y la honestidad.
De la independencia de los magistrados depende la soberanía de la justicia frente a las presiones políticas y las injerencias de los otros poderes del Estado; de su imparcialidad, la equidad de las decisiones; de su honestidad, la confianza en que los veredictos son resultado de la aplicación de la ley y no de un trapicheo de mercaderes de sentencias.
Espero que los candidatos ternados sepan dónde se están metiendo, porque si hemos de evaluar por sus frutos, como pide la Biblia, a los actuales ministros de la Corte, evidentemente van a estar en minoría y en medio de un funcionariado mayoritariamente maleado, por los muchos años de deterioro, sumisión y corrupción de la justicia.
He dicho que se trata de un hecho muy esperanzador, pero esencialmente es solo un primer paso en la dirección correcta y faltan muchos para sanear la justicia y otros más para que los ciudadanos la perciban como confiable. No se pueden cambiar significativamente las instituciones sin cambiar a las personas que las dirigen, pero el cambio de autoridades no es suficiente si no existe verdadera voluntad de sanear su funcionamiento y desechar a los funcionarios corruptos o ineficientes.
La injerencia política en el Poder Judicial ha sido la gran causante del deterioro de todas las instituciones vinculadas a la justicia, porque los políticos olvidaron o no les importó que un juez sumiso seguirá siendo sumiso cuando el poder cambie de manos; además, si se doblega ante el poder, también se doblegará ante el dinero, porque si tuerce la ley para favorecer a otros, más dispuesto estará a torcerla para favorecerse a sí mismo.
Cambiar las personas es la forma lógica para empezar una reforma, el primer paso imprescindible, pero no suficiente: después llega la parte difícil, cambiar el modelo de actuar de la institución y, finalmente, más difícil aún, cambiar de mentalidad y en lugar del respeto al privilegio, como viene padeciendo la justicia paraguaya, entronizar el respeto a la igualdad ante la ley, como exige el Estado de Derecho.
Pero aún estamos hablando solo de esperanzas, todavía no de hechos y esa esperanza aún pende de un hilo, ese hilo que ha tejido el enojo ciudadano.
FIN