¿EPOPEYA O DESTRUCCIÓN? Y VARIOS SOBRE HISTORIA MILITAR
CAPÍTULO I. A LOS COMPATRIOTAS
«¡Quién tiene oídos para oír, por favor escuche!»
A
cabo de leer en Facebook un artículo escrito por José Luis Acosta publicado el
07-06-2021 con el título “Me dirán que el Paraguay existe”. Tanto el contenido
del artículo de marras y el apoyo de sus amigos mucho me preocupa que sigan
haciendo esfuerzo por exculpar al mariscal López de sus garrafales errores
político y militar y de sus innecesarias crueldades, incluso contra su propia
familia.
Reconocemos que hay entre los
lopistas hombres y mujeres ilustre y honorable. Los lopistas vulgares que poco
saben sobre la guerra y el fin de la historia militar, pueden ayudar bastante, si
en vez de intentar neutralizar con crítica acerba, mordaz o argumento traído de
los pelos cada artículo que un HISTORIADOR publica sobre los numerosos hechos
injustos que llevó a cabo el mariscal López, sin presentar argumento válido o
prueba para negar las afirmaciones de los compatriotas dedicados a combatir la
MENTIRA. Hay un principio que dice: «Para refutar con provecho es preciso
dominar el tema.»
Invitamos a los nacionalistas
y fanáticos lopistas a formar parte del grupo que está luchando para derribar
la montaña de mentiras que gente como ustedes han rodeado a la historia de la Guerra
de la Triple Alianza contra el gobierno del tirano Francisco Solano López. Sólo
así podemos recuperar a la nación su esplendor y que vuelva a ser como antes de
la hecatombe nacional: travieso, orgulloso y retozón.
Los desacertados lopistas no
son sino chusma que abruman a los que cuentan la VERDAD sobre el mariscal López
por Facebook, con frases injuriosas. Comentan deliberadamente hechos baladíes
con el solo objeto de distraer la atención de los compatriotas de lo
verdaderamente IMPORTANTE, tales como abajo enumeramos algunos:
1) Que López sin motivo valedero, empezó a invadir
militarmente territorios de Brasil y la Argentina.
2) Prosiguió la guerra a pesar de su incuestionable
derrota en las campañas de Uruguayana y Corrientes, y en la batalla de Tujutî y
campaña de Villeta.
3) Es culpable de los 250.000 compatriotas que murieron
inútilmente durante la guerra.
4) De modo perverso y sin patriotismo sacrificó
innecesariamente a tres mil niños de entre 11 a 15 años de edad en Acosta Ñu,
con la finalidad de impedir que el enemigo lo alcance en su huida, y que dejó
al mundo estupefacto por la inicua orden de hacer luchar a niños.
5) Entraña maldad la brutalidad del héroe por decreto, la
totalidad de paraguayos y extranjeros residentes en el país que fueron sus víctimas.
6) Fue responsable de los miles de jóvenes mujeres que
alcanzaron la ancianidad sin conocer una pareja varón.
7) Las decenas de miles de mujeres que perdieron al
marido y los miles de niños que quedaron huérfanos.
8) La destrucción de la flota mercante del Estado.
10) Es culpable del más grande tráfico de tierras fiscales (casi
la mitad de la región oriental) que
López obsequió por decretos a su concubina, la codiciosa irlandesa Elisa Alicia
Lynch. 10) el fusilamiento de más de dos mil paraguayos y extranjeros
residentes en el país en san Fernando, Potrero Mármol (Villeta), Curuguaty y
Zanja-jhu.
11) Mandó fusilar a su
ministro de Hacienda para apropiarse de las arcas del Estado.
12) En Zanja Jhu despojó
a su madre de joyas y dinero que llevaba, y luego la mandó azotar
despiadadamente.
13) En Cerro Corá instó
a los oficiales luchar hasta morir todos juntos en el lugar; sin embargo, al
ver al enemigo avanzar hacia su tienda huyó ignominiosamente, y todos sabemos
cómo terminó.
14) Cinco falacias de los lopistas
impenitentes:
a. Inglaterra ordenó al Brasil
destruir el Paraguay porque amenaza su economía con la economía autosuficiente
de Paraguay. Pero ignoran que en aquel momento las relaciones entre Brasil e
Inglaterra estaban rota.
b. Que el gobierno de Inglaterra
financió a los aliados para llevar la guerra al Paraguay.
c. Que Brasil y Argentina mucho antes
del comienzo de la guerra ya habían acordados la repartición de Paraguay y
Uruguay.
d. Que Paraguay se negó vender
algodón a Inglaterra.
e. Tratan de presentar al mariscal
López como el “imperator” paraguayo. Nota: el imperator es un título otorgado,
en tiempo de la república romana a un general VICTORIOSO como Julio César.
15) etc., etc., etc.
Todas estas acciones ominosas y actos perversos cometidos por el
declarado “Héroe Nacional sin ejemplar” nos muestra que era un hombre enfermo,
pues sus muchos hechos funestos revelan un estado psíquico insano y morboso.
Cabe preguntar ¿hay algo de
noble en el héroe por decreto o sólo hay vileza? Sin duda López fue el peor
canalla que el Paraguay -tierra de dictadores- ha dado a la nación. Era un
tirano siniestro, pero muy hábil para mantener la obediencia del pueblo
paraguayo envilecido y a su ejército mediante el terrorismo que implantó.
Por más que nos asquean a los
que contamos al pueblo paraguayo la VERDAD sobre la Guerra de la Triple Alianza
contra el tirano mariscal López, aun así, no debemos cansarnos en responder a
la farsa que representan los lopistas con sus opiniones chabacanas en defensa
del verdugo de nuestra nación con el deliberado propósito de enredar o engañar.
Los fanáticos lopistas tendrán que esforzarse mucho más para sostener a su
“héroe por decreto” en el pedestal de barro donde los dictadores lo han
colocado.
Nuestros antepasados llamaban
al Paraguay tierra de promisión. Lindo nombre para un país ubérrimo de árboles
gigantesco y de maderas preciosas donde el mariscal López sembró el peor de
todos los árboles: más de 250.000
cruces. Sólo a los afectos de necrofilia consideran glorioso estos crímenes de
lesa humanidad. No puede caber duda alguna que el tirano Francisco Solano López
-cruel y desalmado- fue el gran azote de la nación paraguaya.
En las opiniones publicadas
por los lopistas sobre la Guerra de la Triple Alianza existen no pocas cosas
inventadas; por ello no están aún dispuestos a embarcarse en el barco de la
verdad. Ellos como el diablo tienen muchos trucos para neutralizar o desviarse
del tema ante hechos y argumentos que no dejan dudas. Por ello hay que ser como
el zorro para esquivar las trampas que los lopistas ponen en cada artículo que
publica sobre la guerra de la Triple Alianza contra el tirano F. S. López.
¿Por qué hay tanta negación de
la VERDAD sobre los hechos sucedidos, y repudio en los corazones de los
lopistas? Porque se los ha enseñado desde la escuela que para ser patriota hay
que venerar al mariscal López; por ello les cuesta deshacerse de esta creencia
no necesariamente válida lógicamente. Ningún jefe de Estado del Paraguay ha
causado como López tantos sufrimientos. Los lopistas no sienten ninguna
compasión por los miles de fusilados ni por los niños que murieron en las
batallas de Avay, Pirivevýi y Acosta Ñu. Ellos por todos los medios tratan de
dar la vuelta con aire de sabio patriota a la VERDAD sobre la historia de la
guerra de 1864-1870 que diariamente nos relata por Facebook conspicuos
historiadores que por décadas han mamado la historia de la apocalíptica guerra.
Recién desde 1989 los
historiadores pudieron publicar sus opiniones sobre la guerra de 1864-1870, y
el pueblo puede subir en la cima de la colina donde el aire es diáfano y se
alcanza a ver mejor como nunca antes, del modo cómo el héroe por decreto dejó a
la nación solo caos y destrucción.
Como cierre vuelvo a recordar
la afirmación del filósofo alemán Friedrich Nietzsche: «Los hombres más
aborrecibles son los más venerados.»
Luque, 16-06-2021.
FIN
CAPÍTULO II. BREVÍSIMO CONCEPTO SOBRE HISTORIA
Por varios motivos hay que respetar la Historia entre otras
cosas, porque ella es madre de las ciencias e imagen de la verdad. Por lo
tanto, aumentar o disminuir la figura de una persona destacada como Estigarribia
o López por sus hechos buenos o malos, no es propio del historiador ni de
cualquiera que opina sobre Historia.
Marco Tulio Cicerón, famoso filósofo, político e historiador
romano (106 - 43 a. J.C.), la define de esta manera: «la Historia es TESTIGO DE
LOS TIEMPOS, LUZ DE LA VERDAD, MAESTRA DE LA VIDA Y CONSEJERA DE LA
ANTIGÜEDAD». Siendo la Historia como de verdad es testigo de los tiempos y luz
de la verdad, pero desgraciadamente en nuestro país vino su perversión que
consiste en mezclar hechos reales con hechos falsos. Y esto provino de aquellos
nacionalistas que sólo buscan halagar a la gente o sacar provecho personal o
hacer héroe al que no lo es o EXALTAR EL PATRIOTISMO que no es fin de la
Historia sino de las arengas.
Los historiadores nacionalistas creyeron que no era bueno
herir el orgullo nacional o menguar la autoestima del paraguayo relatando
hechos adversos y sucesos infaustos de la Guerra de 1864-1870, aun siendo
verdaderos. Sobre este punto, el filósofo norteamericano, oriundo de España, Jorge
Ruiz de Santayana ADVIERTE: «El pueblo que no quiere recordar algún pasado
infausto tal como sucedió, tendrá como CASTIGO EL VER COMO SE REPITE». Aquí
está la explicación del por qué no debemos aceptar las absurdas pretensiones
del lopismo: meter bajo las alfombras la incompetencia política y militar del héroe
por decreto, su insaciable codicia y sus incomprensibles crueldades.
En todas las ciencias el especialista -para servir con
idoneidad a la gente-, necesita conocer la Historia de su especialidad. Por
ejemplo, el médico necesita conocer la historia de la medicina, el economista
la historia de la economía, el abogado la historia de los grandes pleitos, así
como la ley de Las Siete Partidas y el derecho romano, y el profesional militar
está obligado a empaparse de historia militar. Como vemos, no se puede
desconocer la extraordinaria importancia de la Historia. Porque gracias a ella
la Humanidad pudo alcanzar su grandiosa evolución, y sin la Historia
probablemente hubiéramos seguido luchando por área de caza como los animales de
presa.
Los compatriotas nacionalistas que escribieron sobre la GTA,
de verdad no eran historiadores militares como José Luis Martínez Peláez, Igor
Fleischer Shevelev, Rafael Mariotti, Rodrigo Cardozo Samaniego, Henry Ceuppens,
etc., sino meros exaltadores del mito mariscal López. Sin embargo, para elevar
la Historia de una guerra a la categoría de una investigación científica de
modo a transmitir experiencias para no volver a repetir los mismos errores, el
historiador necesariamente debe ocupar una posición neutral.
Cuando un nacionalista escribe la Historia de la GTA, toma
como obligación defender al mariscal López -tarea de abogado, pero no de
historiador-, e incluso exculparlo de sus garrafales errores político y militar
y de sus innecesarias crueldades, incluso contra su propia familia; evidente
indicio de un trastorno psicopático, porque sólo los psicópatas mandan asesinar
a sus hermanos, cuñados, prima hermana, obispo de la iglesia católica,
veintitrés sacerdotes y miles de sus compatriotas y extranjeros en San Fernando
y Potrero Mármol (Villeta), y profanó a la madre mandándola azotar bárbaramente
sin sentir dolor moral causado por la conciencia de haber hecho tantas odiosas
acciones.
La Historia no valdría la pena de escribirla ni leerla si el
historiador la utiliza mal para exaltar tan solo el patriotismo que no es fin
de la Historia o hacer héroe al que no lo es o enaltecer a un jefe de Estado
como Solano López, que en nada ha contribuido para un Paraguay mejor; sin
embargo, aún hay paraguayos que los venera con devoción, más por ignorancia que
por patriotismo.
Los lopistas ya deberían de haber sabido que el mariscal
López ya ha sido JUZGADO, no por los exaliados sino por la HISTORIA que ante el
testimonio abrumador de los aborrecibles hechos consumados dio su inapelable
veredicto: CULPABLE DE CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD, por consiguiente, enemigo
del género humano.
Finalmente, duele decir, pero es necesario decir: que mucho
mejor habría sido para el Paraguay si el proclamado por un decreto del 1º de
marzo de 1936 “Héroe Nacional sin ejemplar” no hubiera nacido.
Luque, 16-06-2021.
FIN
CAPÍTULO III
¿PRETENDIENTE DE LA VERDAD O
PAYASO?
PARTE I
En el día de hoy 23-06-2021, uno de los veneradores del mariscal López, el Sr. José Luis Acosta transcribió varios párrafos de un libro del uruguayo Herrera, influyente líder del Partido Blanco, en su artículo titulado “La interpretación dominante en Uruguay sobre los orígenes de la GTA”.
Sr. Acosta, usted
sabe bien que en la ROU hay dos partidos políticos. El Partido Blanco que
simpatizaba con López; y el Partido Colorado que integró la Triple Alianza
contra el presidente paraguayo general Francisco Solano López. El padre de
Herrera era ministro de Relaciones Exteriores del gobierno del Partido Blanco,
y él fue el planificador para arrastrar a López a la guerra contra el Brasil y
la Argentina.
Hubo varios que
opinaron sobre el mencionado artículo, entre ellos el DOCTOR EN HISTORIA, Cnel.
Hugo Ramon Mendoza Martínez, quien expresó lo que sigue: «JOSE LUIS ACOSTA NO
TE PREOCUPES ELLOS NO VAN A APRENDER NUNCA». (En mayúscula son nuestros). Sr.
Dr., en historia, debe saber usted que cuando se ama la verdad, jamás se
aprenderá a mentir.
Sin nombrarlo, se
refería a los que relatamos la VERDAD sobre la GTA. Es decir, sin manipular la
historia, y esta posición molesta a los fanáticos lopistas.
Cualesquiera que
sean la credencial que una facultad le ha otorgado para acreditar su grado
académico que arrogan los historiadores con título de doctor o licenciado en
historia, están obligados a mostrar objetividad. Vale decir, deben mostrar su
adhesión a los hechos y a la verdad. Señores (as) titulados de historiador,
preséntense sin camisa ante los aficionados a la historia -donde este servidor
honrosamente pertenece. Si un doctor en historia o cualquiera que obtuvo
diploma de historiador considera al mariscal López -como HUGO MENDOZA MARTÍNEZL
y los demás lopistas- como “Héroe Nacional sin ejemplar”- o pretende justificar
que fue obligado a ir a la guerra por Brasil y la Argentina o fueron empujados
por Inglaterra o ignoran sus crueldades, y tal como demostró mediante
documentos que exhibió EL HISTORIADOR JLMP, López fue el autor de «el primer y
más grande tráfico de tierras fiscales del Paraguay con un solo beneficiario»,
la codiciosa irlandesa, la señora Elisa Alicia Lynch. Entregado al robo de
caudales del Estado y los fusilamientos de miles de compatriotas inocentes de
cualquier delito con el solo objeto de sembrar el terror y apropiarse de sus
bienes, ignoran que López como la hiena codiciosa de presa, inefablemente
sañuda, feroz y sediento de sangre humana perseguía a sus compatriotas y
extranjeros; Sr. Hugo Mendoza si usted no entiende todo esto y se convierte en
abogado del mariscal López, siento decirle, con todo respeto, que tire su
título en la letrina.
Nada más que
payaso, nada más que título de historiador son los envenenadores de la historia
de la GTA con el propósito de exculpar a un hombre de espíritu maléfico, lo
revela a usted como demonio del engaño. ¡Honre sus varios títulos! Recuerde
señor diplomados en historia, que los que preferimos la verdad en vez de mito,
estamos tratando de desengañar a los compatriotas sobre la historia del héroe
por decreto. Nosotros no tenemos la culpa de que el muy venerado por ustedes
haya sido tan pérfido.
Luque, 25-06-2021.
¿PRETENDIENTE DE LA VERDAD O PAYASO?
¿PRETENDIENTE DE LA VERDAD O PAYASO?
Empecemos diciendo que el mariscal López, al ocupar una
parte las provincias brasileras de Mato Grosso y Río Grande del Sur (Uruguayana),
y Corrientes de la Argentina, creyó haber ganado ya la guerra antes
de empezar. Cuando un general hace algo, debe hacer bien, entre varias cosas,
porque en sus manos la nación ha confiado la vida de decenas de miles de
jóvenes. López nunca hizo nada bien. Cada paso que da es un paso en falso; si
un general en jefe no es más listo que su rival perderá la guerra.
La obligación de todo jefe de Estado es trabajar mucho y
complacer al pueblo. Sus actividades deben enfocarse en mantener la paz,
justicia, libertad de opinión, y por este camino lograr la prosperidad nacional.
Los compatriotas diplomados de historiador (a), deben ser
mentor de la verdadera historia de la GTA, y jamás desperdiciar sus talentos,
conocimientos e inteligencias en nada que no sea la VERDAD. Sin embargo,
lastiman el corazón cuando observamos que no son sino unos lopistas más, y peor
aún, se sienten orgullosos de serlo.
El mariscal López convirtió por un quinquenio al Paraguay,
tierra de promisión, en un lugar tenebroso donde ningún ciudadano tiene la
garantía de que amanecerá en su apacible hogar o en el terrorífico San
Fernando.
Los que elogian al considerado “Héroe nacional sin ejemplar”,
son generalmente empleados públicos que demasiado tratan de mostrar
patriotismo, así hacen como que devuelven algo bueno a la nación, pero lo que
en realidad quieren recibir algo a cambio, tal como poco trabajo y alto salario
o seguridad en el cargo o ascenso o aumento salarial, etc.
Cabe preguntar, ¿qué es lo más noble de Solano López y qué
es lo más vil? Los lopistas emplean todas las mañas para atraer a los pocos
despiertos compatriotas con elogio al “mariscal de acero” por sus virtudes
guerreras porque defendió la patria y no se rindió. Con esta frase cautivan a
los incautos compatriotas. Bien sabemos que un general capitula o se rinde
cuando ya no tiene opción; entonces decide en salvar la vida de sus
compatriotas. Pero un general en jefe que ya perdió incuestionablemente la
guerra; en vez de capitular y negociar la paz se pone a huir para salvar su
vida, abandonando a su familia y a su tropa tal como López hizo en Cerro Corá,
es un acto despreciable.
Los lopistas que dicen que odiamos a López están errados,
porque nosotros no odiamos al impío mariscal López, pero sí lo despreciamos.
Esta posición causa mucha molestia a los seguidores de O´Leary; lastimosamente
no tenemos el don de curar a los que nacieron ciegos.
Los diplomados en historia debían emular a JOSÉ LUIS
MARTÍNEZ PELÁEZ, que por muchos caminos y modos ha llegado a la VERDAD sobre la
historia de la GTA; y no por una sola escalera ha subido a la altura desde
donde su mirada recorre la historia militar paraguaya, con documentos bajo el
brazo con que apoya los comentarios que pone a disposición de aquellos que aman
la VERDAD. Cuando el padre de Alejandro Magno, Filipo II, asumió el poder en el
pequeño Estado de Macedonia, se dirige a su pueblo de este modo: «Si queremos
dejar de ser pequeño para ser grande, a partir de ahora el lema de los
macedonios será, “CUALQUIER COSA MENOS LA MENTIRA”». Con este lema, su hijo
Alejandro Magno convirtió a Macedonia en una gran nación.
Señores lopistas, por si aún no están enterados, ha llegado
la hora en que tendrán que poner mucho más ingenio y más empeño para encontrar
-antes que meros sarcasmo-, mejores recursos para mantener al chapucero militar,
el malvado mariscal López, en el pedestal de barro donde los dictadores lo han
colocado por motivo meramente político, y utilizarlo como engañabobos. Pónganse
a ilustrarse en obras de historiadores objetivos, independientes y veraces. Los
fanáticos lopistas diplomados en historia, para conocer lo que es LA HISTORIA Y
SU FINALIDAD, por favor pónganse a leer obras sobre historia escrito por
eminentes historiadores como en verdad fueron los ingleses Edgar Carr (“¿Qué es
la historia?”), Eric Hobsbawm (“Sobre la Historia”) y Arnold J. Toymbee
(“Estudio de la Historia”); y el español José Martínez Ruiz, más conocido por
Azorín (“¿Qué es la Historia?”); y por supuesto empaparse de la obra de
Leopoldo R. Ornstein (“EL ESTUDIO DE LA HISTORIA MILITAR”), etc., para conocer la
enorme responsabilidad que tienen ante la nación. De lo contrario, seguirán haciendo
el papel de payaso. La memoria de ustedes parece que se ha detenido en sus
abuelos; y más allá del abuelo se les acaba el pasado. Por ello siempre andan
armados de nuevas trampas para atrapar incautos, sin notar que el ocaso del
proclamado “Héroe Nacional sin ejemplar” empezó a partir de 1989, y está
acabando los méritos imaginarios con que sus veneradores lo han acicalado. Es
una vergüenza venerar al mariscal López, dejen de vivir en el error y la
mentira.
Luque, 28-06-2021.
PARTE IV. ¿PRETENDIENTE DE LA VERDAD O PAYASO?
Nací, me criaron y vivo en la ciudad colorida de amarillo
intenso y azul subido. Aquí puedo escribir todo lo que quiero decir y sacar a
relucir todos los argumentos o pruebas condenatorios del mariscal López. Aquí
puedo hablar con sinceridad y franqueza sobre la GTA y señalar los garrafales
errores de López, así como sus innecesarias crueldades, de tal modo para
recordar siempre y no volver a repetir; porque como ADVIRTIÓ el filósofo
norteamericano Jorge Ruiz de Santayana: «El pueblo que no quiere recordar algún
pasado infausto tal como sucedió, tendrá como CASTIGO el ver como se repite».
En la obra “La conducción del ejército paraguayo en la
guerra del Paraguay de 1864-1870” habremos dicho cosas que no se debe decir -según
acostumbre en Paraguay- sobre López, a pesar de ser verdaderos. ¿Habré
blasfemado por desear que el pueblo sepa la verdad?
Los lopistas como si fueran chusma, abruman a la gente con
palabrería propio de vulgo y presentan con admirable cinismo como falsa las
evidentes atrocidades del Mariscal López. Los que inventan virtudes en este
sanguinario tirano tienen que ser repudiados no por muy ignorantes sino por
hipócritas y porque afectan un patriotismo que no tienen o porque no entienden
lo que es patriotismo.
Durante las dictaduras se han enseñado al pueblo falsedades,
y han criado a niños en la escuela y a los jóvenes en el colegio en las
mentiras sobre Solano López, deformando hechos y sembrando confusión. Todos los
que dicen para exculparlo son tergiversaciones para alterar los indiscutibles
hechos, dando una interpretación errónea a los terribles acontecimientos que
llevó al próspero Paraguay a la bancarrota económica y demográfica.
Denominamos HISTORIADOR a aquel que relata los acontecimientos
tal como sucedieron. Es decir, analiza, estudia y examina los hechos para
adquirir una visión clara de la historia de una guerra y concluir acertadamente
antes de publicar. Él no juzga sino explica los acaecimientos y señala los
errores para que sirvan de ejemplos y volver a repetir los mismos errores. Lo
que estamos queriendo decir es que una persona que logra el diploma de
historiador en una facultad, pero para serlo de verdad tiene que demostrar objetividad
en sus publicaciones, porque con solo exhibir título no basta para ser
considerado historiador (a), más aún si su conclusión sobre la historia de la
GTA no está respaldada por hechos por ser poco creíble o porque se percibe en
sus publicaciones evidente indicio de manipulación. Los historiadores
auténticos denodadamente vienen luchando para sacar al pueblo paraguayo del
letargo en que ha caído, y donde los dictadores y nacionalistas a ultranza lo
han mantenido anestesiado desde 1936. El propósito de los historiadores
objetivos y veraces es despertar a los compatriotas de su pesada somnolencia y
no hacer héroe al que no lo es. Esta es la tarea que los historiadores han
emprendido con intrepidez, tesón y valor como objetivo principal e inmediato,
enfilando la proa de su nave hacia la verdad. De este modo están pegando duro
con el látigo de la verdad a los veneradores del proclamado por un decreto
“Héroe Nacional sin ejemplar”. Héroe militar es aquel general que ofrece VICTORIA
en la punta de su espada a la nación, y no derrota.
¿Por qué hay tanto interés en negar o esconder o manipular
los repudiables hechos del mariscal López? Tal vez, porque desde niños en las
escuelas se los han enseñado que para ser patriota hay que venerar a López;
después continúa la exaltación del héroe por decreto en los colegios. La
estupidez más grande viene de ellos, a pesar de que nada en Paraguay ha causado
tanto sufrimiento a la nación como López. Los lopistas no sienten compasión por
los miles de compatriotas inocentes fusilados ni por los miles de mujeres
viudas ni por las decenas de miles de niños que quedaron huérfanos. Ellos por
todos los medios tratan de darle vuelta a los hechos comprobados de la GTA que frecuentemente
por Facebook relatan ilustres historiadores.
Somos contundentes en afirmar que el mariscal López era un
hombre sin entrañas, cruel y desalmado. Los lopistas con aire de sabios
patriotas tratan de exculparlo de sus garrafales errores político y militar, y
de sus innecesarias crueldades, incluso contra su propia familia, evidente
indicio de un trastorno psicopático, porque solo los psicópatas mandan asesinar
a sus hermanos, cuñados, amigos y a miles de compatriotas sin sentir
remordimiento de sus malas acciones. Mandaba torturar sin tregua a los
sospechosos de una conspiración que él mismo inventó, hasta dejarlo como una
piltrafa humana, y luego lo mandaba fusilar.
Los que ignoran las entrañas de la historia de la GTA, no
deberían ensayar ninguna opinión sobre el tema, pero puede preguntar. Como dice
un refrán: ¡más vale no saber nada, que saber muchas cosas a media!
Para contar la verdad sobre la innecesaria hecatombe de
1864-1870, no necesito ponerme en guardia contra los embusteros, pues,
acostumbro a vivir sin precauciones. En cambio, gente que venera a López tiene
que mentir y tiene que ser siempre ambiguo; es decir, dudoso el sentido de sus opiniones
sobre el “héroe por decreto” o alguna alusión oscura sobre los horripilantes
hechos cometidos o alguna confusión en las ideas o alguna explicación
incompleta o defectuosa. Tampoco lo que admite es ni con mucho, tan cierto como
debía serlo. Siento decir, que causa antipatía las personas que no han
aprendido a bendecir la verdad o maldecir la mentira.
Desde 1936 el lopismo se infló por 53 años, y a la postre
revienta como la rana. Pues, los historiadores desde 1989 empezaron a pincharle
el vientre que ya estaba bastante inflado.
Todo el mundo sabe hoy día lo que pasó en el terrible
quinquenio de 1864-1870, y como pasó. Sabemos que no está bien hablar mal de un
muerto. Nosotros no hablamos mal del mariscal López, sólo contamos la verdad de
todo lo que hizo en perjuicio de la nación, para que no se repita nunca más. Si
no contamos al pueblo y no lo recordamos frecuentemente, existe la posibilidad
que se vuelva a repetir. Es preciso que la nación tome precauciones para no
caer de nuevo en el negro abismo donde el proclamado por un decreto
presidencial el 1º de marzo de 1936 “Héroe Nacional sin ejemplar” llevó a la
nación sin motivo alguno, a una guerra de exterminio. Por todo esto, queda
demostrado que nosotros no tenemos la culpa de las barbaridades que López
cometió. Las víctimas de la persecución de Solano López desde sus tumbas gritan
en coro ¡JUSTICIA!
Luque, 30-06-2021.
PARTE V. ¿PRETENDIENTE DE LA VERDAD O PAYASO?
Jóvenes compatriotas, no vayan
por el camino por donde andan los nacionalistas, pues probado está que es muy mal
camino, y está sembrado de cruces. El gobierno lopista que se apoderó del poder en
1936 tras un golpe de Estado, con el solo objeto de congraciarse con el pueblo
mandó traer de Cerro Corá el primer esqueleto humano que encontraron, y con
pompa fue recibido y depositado en el Panteón de los Héroes con los verdaderos
héroes: esto fue un acto perverso y corrompedor. No puede caber ninguna duda
que los cadáveres del mariscal López y de su hijo Panchito que fueron
sepultados juntos siguen dormidos, envueltos en mortajas en Cerro Corá. Sin
embargo, hay que reconocer que el gobierno ultranacionalista del coronel Rafael
Franco, con aquel acto solemne intentó consolidarse en el poder, sembrando la
semilla de la mentira que germinó, se desarrolló y tuvo buenos frutos hasta
1989. A partir de este año empezó a dar cada vez menos frutos, indicio que está
cercano de la extinción de la gran mentira que crearon Enrique, hijo del
mariscal López, y Juan E. O’Leary, fortalecido después por Natalicio González.
Solano López y madame Lynch, concupiscentes
de codicia, envidia enconada, resentimiento vindicativo, orgullo altanero y
corazones duros y crueles, fueron culpables del desastre nacional que costó a
la nación más de 250.000 víctimas más los bienes materiales como la destrucción
de la flota mercante de Estado que Carlos A. López formó, y la total
paralización de la producción agrícola y ganadera; el primero por falta de
brazo para cultivar la tierra y el segundo porque el ejército en guerra todo
consumió.
La chusma lopista compuesta de gentes gandules, esclavos
del archifarsante O´Leary, que con ojos fríos y pensamientos viles hurgan en la
basura en busca de algo que puede exhibir en defensa de su venerado “héroe por
decreto”, que en gran parte de la guerra mataba el tiempo fusilando a sus
compatriotas, extranjeros y prisioneros de guerra, y huyendo del enemigo con
las bolsas llenas del tesoro del Estado y de los bienes de los fusilados de los
cuales se apropió arbitrariamente.
Señores veneradores del mariscal
López, cada comentario que hacen a favor del declarado por decreto del 1º de
marzo de 1936 “Héroe Nacional sin ejemplar” huele a putrefacción. Leer sus
diatribas de sarcástico estilo y lenguaje duro de por sí ya desvirtúa e
invalida sus opiniones; y esto hacen ustedes porque carecen de argumento que
puedan exhibir ante los compatriotas que saben razonar y ante los centenares de
diplomáticos y agregados militares de países amigos quienes están bien enterado
de la historia de la República del Paraguay. ¡POR FAVOR, DEJEN DE HACER EL
RIDÍCULO ANTE TANTOS TESTIGOS!
Los generales José María Bruguéz y Vicente Barrios fueron
los más valientes de la GTA. Ambos estaban pronto para rebelarse contra López,
pero les faltaba algo importante, no tenían mando de tropa, excepto el general Bernardino
Caballero uno de los factótums del mariscal López. Para cada batalla nombraba
como comandantes de división ad hoc a un general.
El general valiente es aquel que considera que servir, no
al general en jefe, sino a la nación es su principal tarea.
A partir de Cordillera López
era perseguido por el enemigo como si fuera su sombra hasta Cerro Corá, de tal
modo que le pisaba los talones, pero en vano trataba de desprenderse de su
sombra que se le pegó hasta su muerte ignominiosa. Sin embargo, con sus
veneradores pasa algo semejante, pues ellos pisan constantemente no solo los
talones, sino el cuerpo entero de la verdad. Son mentirosos empedernidos que se
obstinan en el error y persisten en el vicio de pretender convertir en héroe al
que no lo merece.
El mariscal López, atrapado por la enfermedad de Caín
asesinó a sus hermanos Benigno y Venancio; también a sus dos cuñados. Antes de
asesinar a Benigno, con saña despiadada le sometió a suplicio intenso y
continuado por un par de meses que lo dejó tetrapléjico, y luego lo mandó
fusilar. Después de una sesión de tortura para que cuente la “verdad”, dice Jorge
Federico Masterman, autor de “Siete Años de Aventuras en Paraguay”: «cuando
entramos después de una sesión de torturas en nuestras respectivas perreras de
1, 20 metro de largo por 0, 70 metro de ancho y de altura, nos sentíamos
aliviados y gozamos con deleite de la soledad, siempre agarrados con fuerza y
esperanza a la vida».
Los lopistas nunca dicen nada de los sucesos de San
Fernando, Potrero Mármol, San Estanislao, Curuguaty y Zanjahu. ¿Por qué nunca
hablan de los horripilantes asesinatos cometidos por el venerado “héroe por
decreto” en esos lugares?
El 1º de marzo de 1870 recién llegó al Paraguay el gran
día: la muerte de la dictadura y el nacimiento de un Estado liberal.
No es tarea de nadie exculpar
ni esconder del pueblo los malos hechos de un jefe de Estado. López cometió la
estupidez propia de los que viven aislado de la sociedad; él no hablaba con la
gente y solo escuchaba a sus esbirros para enterarse de chisme. No tenía deseo
de conocer la aspiración del pueblo porque estaba convencido que sabía todo
acerca de todo; en su mente cabía solo el llegar a ser conquistador como
Alejandro Mago o Julio César o Napoleón, pero las palabras paz, justicia y prosperidad
nacional no figuraban dentro de su proyecto de gobierno. Un jefe de Estado que
desea emular a Eligio Ayala, no debe perder tiempo en interesarse de la pequeña
miseria del pueblo, sino cómo impedir cualquier amenaza a la paz para alcanzar
la meta: asegurar la integridad territorial y la prosperidad nacional. López
ignoraba que no se debe aspirar a nada que sea superior a su fuerza, más aún
cuando aspira a cosa grande como la serpiente boa que pretende engullir un
caballo.
Los lopistas han aprendido a creer sin razonar, entonces
¿cómo se puede disuadirlos con razones? Se jactan de que nunca mienten sobre el
patriotismo y heroísmo del mariscal López; pero de la impotencia para mentir al
amor a la verdad hay un enorme trecho. Ellos sienten angustias cuando se lo
refriega por los morros las incompetencia y hechos crueles de su héroe por
decreto. Sentimos su dolor, pero deben saber que el dolor invariablemente hace
cacarear a la gallina.
Un oficial que ha obtenido su
diploma de comando y estado mayor y va a la guerra con el diploma bajo el brazo,
pero sin estar empapado de la historia militar, será como el músico que toca,
pero no baila. No existe nada peor de un oficial que no ha bebido en la fuente
del arte de la guerra: la historia militar. Es como alguien que no ha aprendido
a bailar como hay que bailar. Jóvenes oficiales, aprendan a bailar de
experiencias ajenas y enseñen a bailar como es debido a las generaciones que le
suceden: ¡esto no es gentileza sino un deber!
El gobierno que proclamó al mariscal F. S. López como
“Héroe Nacional sin ejemplar” siente efluvios de admiración y dio un gran paso
hacia el descreimiento, y peor aún, mostró falta de sentimiento hacia los
250.000 muertos, prisioneros de guerra y miles de compatriotas ejecutados, las 2.000
mujeres con sus hijos menores deambulaban por los campos de concentración igual
a los judíos en mano de Hitler o El corazón de un hombre que sabe razonar
brinca de pena al descubrir que el propósito de venerar a López no era sino
para exhibir al pueblo que el gobierno sudaba de patriotismo. Todo con un
objetivo meramente político: ganar apoyo a su detestable gobierno que rompió la
democracia luego de 66 años (1870 a 1936). Pretendiendo desmeritar de modo
perverso a los victoriosos conductores de la guerra del Chaco: Ayala y
Estigarribia. Esta actitud maliciosa del gobierno instalado por un golpe de
Estado en 1936, impide creer a los lopistas en este tiempo de libertad de
opinión limitado solo por la conciencia de cada ciudadano.
¡Compatriotas, cuidémonos que no se materialice en nuestra nación la teoría del filósofo alemán Friedrich Nietzsche de ¡«el eterno retorno»!
FIN DE ¿PRETENDIENTE DE LA VERDAD O PAYASO?
Luque, 02-07-2021.
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