miércoles, 16 de junio de 2021

                           ¿EPOPEYA O DESTRUCCIÓN? Y VARIOS SOBRE HISTORIA MILITAR

                                             CAPÍTULO I. A LOS COMPATRIOTAS

             «¡Quién tiene oídos para oír, por favor escuche!»

                A cabo de leer en Facebook un artículo escrito por José Luis Acosta publicado el 07-06-2021 con el título “Me dirán que el Paraguay existe”. Tanto el contenido del artículo de marras y el apoyo de sus amigos mucho me preocupa que sigan haciendo esfuerzo por exculpar al mariscal López de sus garrafales errores político y militar y de sus innecesarias crueldades, incluso contra su propia familia.

Reconocemos que hay entre los lopistas hombres y mujeres ilustre y honorable. Los lopistas vulgares que poco saben sobre la guerra y el fin de la historia militar, pueden ayudar bastante, si en vez de intentar neutralizar con crítica acerba, mordaz o argumento traído de los pelos cada artículo que un HISTORIADOR publica sobre los numerosos hechos injustos que llevó a cabo el mariscal López, sin presentar argumento válido o prueba para negar las afirmaciones de los compatriotas dedicados a combatir la MENTIRA. Hay un principio que dice: «Para refutar con provecho es preciso dominar el tema.»

Invitamos a los nacionalistas y fanáticos lopistas a formar parte del grupo que está luchando para derribar la montaña de mentiras que gente como ustedes han rodeado a la historia de la Guerra de la Triple Alianza contra el gobierno del tirano Francisco Solano López. Sólo así podemos recuperar a la nación su esplendor y que vuelva a ser como antes de la hecatombe nacional: travieso, orgulloso y retozón.

Los desacertados lopistas no son sino chusma que abruman a los que cuentan la VERDAD sobre el mariscal López por Facebook, con frases injuriosas. Comentan deliberadamente hechos baladíes con el solo objeto de distraer la atención de los compatriotas de lo verdaderamente IMPORTANTE, tales como abajo enumeramos algunos:

1) Que López sin motivo valedero, empezó a invadir militarmente territorios de Brasil y la Argentina.

2) Prosiguió la guerra a pesar de su incuestionable derrota en las campañas de Uruguayana y Corrientes, y en la batalla de Tujutî y campaña de Villeta.

3) Es culpable de los 250.000 compatriotas que murieron inútilmente durante la guerra.

4) De modo perverso y sin patriotismo sacrificó innecesariamente a tres mil niños de entre 11 a 15 años de edad en Acosta Ñu, con la finalidad de impedir que el enemigo lo alcance en su huida, y que dejó al mundo estupefacto por la inicua orden de hacer luchar a niños.

5) Entraña maldad la brutalidad del héroe por decreto, la totalidad de paraguayos y extranjeros residentes en el país que fueron sus víctimas.

6) Fue responsable de los miles de jóvenes mujeres que alcanzaron la ancianidad sin conocer una pareja varón.

7) Las decenas de miles de mujeres que perdieron al marido y los miles de niños que quedaron huérfanos.

8) La destrucción de la flota mercante del Estado.

10) Es culpable del más grande tráfico de tierras fiscales (casi la mitad de la región oriental) que López obsequió por decretos a su concubina, la codiciosa irlandesa Elisa Alicia Lynch. 10) el fusilamiento de más de dos mil paraguayos y extranjeros residentes en el país en san Fernando, Potrero Mármol (Villeta), Curuguaty y Zanja-jhu.

11) Mandó fusilar a su ministro de Hacienda para apropiarse de las arcas del Estado.

12) En Zanja Jhu despojó a su madre de joyas y dinero que llevaba, y luego la mandó azotar despiadadamente.

13) En Cerro Corá instó a los oficiales luchar hasta morir todos juntos en el lugar; sin embargo, al ver al enemigo avanzar hacia su tienda huyó ignominiosamente, y todos sabemos cómo terminó.

14) Cinco falacias de los lopistas impenitentes:  

a. Inglaterra ordenó al Brasil destruir el Paraguay porque amenaza su economía con la economía autosuficiente de Paraguay. Pero ignoran que en aquel momento las relaciones entre Brasil e Inglaterra estaban rota.

b. Que el gobierno de Inglaterra financió a los aliados para llevar la guerra al Paraguay.

c. Que Brasil y Argentina mucho antes del comienzo de la guerra ya habían acordados la repartición de Paraguay y Uruguay.

d. Que Paraguay se negó vender algodón a Inglaterra.

e. Tratan de presentar al mariscal López como el “imperator” paraguayo. Nota: el imperator es un título otorgado, en tiempo de la república romana a un general VICTORIOSO como Julio César. 

15) etc., etc., etc.

Todas estas acciones ominosas y actos perversos cometidos por el declarado “Héroe Nacional sin ejemplar” nos muestra que era un hombre enfermo, pues sus muchos hechos funestos revelan un estado psíquico insano y morboso.

Cabe preguntar ¿hay algo de noble en el héroe por decreto o sólo hay vileza? Sin duda López fue el peor canalla que el Paraguay -tierra de dictadores- ha dado a la nación. Era un tirano siniestro, pero muy hábil para mantener la obediencia del pueblo paraguayo envilecido y a su ejército mediante el terrorismo que implantó.

Por más que nos asquean a los que contamos al pueblo paraguayo la VERDAD sobre la Guerra de la Triple Alianza contra el tirano mariscal López, aun así, no debemos cansarnos en responder a la farsa que representan los lopistas con sus opiniones chabacanas en defensa del verdugo de nuestra nación con el deliberado propósito de enredar o engañar. Los fanáticos lopistas tendrán que esforzarse mucho más para sostener a su “héroe por decreto” en el pedestal de barro donde los dictadores lo han colocado.

Nuestros antepasados llamaban al Paraguay tierra de promisión. Lindo nombre para un país ubérrimo de árboles gigantesco y de maderas preciosas donde el mariscal López sembró el peor de todos los árboles:  más de 250.000 cruces. Sólo a los afectos de necrofilia consideran glorioso estos crímenes de lesa humanidad. No puede caber duda alguna que el tirano Francisco Solano López -cruel y desalmado- fue el gran azote de la nación paraguaya.

En las opiniones publicadas por los lopistas sobre la Guerra de la Triple Alianza existen no pocas cosas inventadas; por ello no están aún dispuestos a embarcarse en el barco de la verdad. Ellos como el diablo tienen muchos trucos para neutralizar o desviarse del tema ante hechos y argumentos que no dejan dudas. Por ello hay que ser como el zorro para esquivar las trampas que los lopistas ponen en cada artículo que publica sobre la guerra de la Triple Alianza contra el tirano F. S. López. 

¿Por qué hay tanta negación de la VERDAD sobre los hechos sucedidos, y repudio en los corazones de los lopistas? Porque se los ha enseñado desde la escuela que para ser patriota hay que venerar al mariscal López; por ello les cuesta deshacerse de esta creencia no necesariamente válida lógicamente. Ningún jefe de Estado del Paraguay ha causado como López tantos sufrimientos. Los lopistas no sienten ninguna compasión por los miles de fusilados ni por los niños que murieron en las batallas de Avay, Pirivevýi y Acosta Ñu. Ellos por todos los medios tratan de dar la vuelta con aire de sabio patriota a la VERDAD sobre la historia de la guerra de 1864-1870 que diariamente nos relata por Facebook conspicuos historiadores que por décadas han mamado la historia de la apocalíptica guerra.

Recién desde 1989 los historiadores pudieron publicar sus opiniones sobre la guerra de 1864-1870, y el pueblo puede subir en la cima de la colina donde el aire es diáfano y se alcanza a ver mejor como nunca antes, del modo cómo el héroe por decreto dejó a la nación solo caos y destrucción.

Como cierre vuelvo a recordar la afirmación del filósofo alemán Friedrich Nietzsche: «Los hombres más aborrecibles son los más venerados.»

Luque, 16-06-2021.

FIN




             CAPÍTULO II. BREVÍSIMO CONCEPTO SOBRE HISTORIA

Por varios motivos hay que respetar la Historia entre otras cosas, porque ella es madre de las ciencias e imagen de la verdad. Por lo tanto, aumentar o disminuir la figura de una persona destacada como Estigarribia o López por sus hechos buenos o malos, no es propio del historiador ni de cualquiera que opina sobre Historia.

Marco Tulio Cicerón, famoso filósofo, político e historiador romano (106 - 43 a. J.C.), la define de esta manera: «la Historia es TESTIGO DE LOS TIEMPOS, LUZ DE LA VERDAD, MAESTRA DE LA VIDA Y CONSEJERA DE LA ANTIGÜEDAD». Siendo la Historia como de verdad es testigo de los tiempos y luz de la verdad, pero desgraciadamente en nuestro país vino su perversión que consiste en mezclar hechos reales con hechos falsos. Y esto provino de aquellos nacionalistas que sólo buscan halagar a la gente o sacar provecho personal o hacer héroe al que no lo es o EXALTAR EL PATRIOTISMO que no es fin de la Historia sino de las arengas.

Los historiadores nacionalistas creyeron que no era bueno herir el orgullo nacional o menguar la autoestima del paraguayo relatando hechos adversos y sucesos infaustos de la Guerra de 1864-1870, aun siendo verdaderos. Sobre este punto, el filósofo norteamericano, oriundo de España, Jorge Ruiz de Santayana ADVIERTE: «El pueblo que no quiere recordar algún pasado infausto tal como sucedió, tendrá como CASTIGO EL VER COMO SE REPITE». Aquí está la explicación del por qué no debemos aceptar las absurdas pretensiones del lopismo: meter bajo las alfombras la incompetencia política y militar del héroe por decreto, su insaciable codicia y sus incomprensibles crueldades.

En todas las ciencias el especialista -para servir con idoneidad a la gente-, necesita conocer la Historia de su especialidad. Por ejemplo, el médico necesita conocer la historia de la medicina, el economista la historia de la economía, el abogado la historia de los grandes pleitos, así como la ley de Las Siete Partidas y el derecho romano, y el profesional militar está obligado a empaparse de historia militar. Como vemos, no se puede desconocer la extraordinaria importancia de la Historia. Porque gracias a ella la Humanidad pudo alcanzar su grandiosa evolución, y sin la Historia probablemente hubiéramos seguido luchando por área de caza como los animales de presa.

Los compatriotas nacionalistas que escribieron sobre la GTA, de verdad no eran historiadores militares como José Luis Martínez Peláez, Igor Fleischer Shevelev, Rafael Mariotti, Rodrigo Cardozo Samaniego, Henry Ceuppens, etc., sino meros exaltadores del mito mariscal López. Sin embargo, para elevar la Historia de una guerra a la categoría de una investigación científica de modo a transmitir experiencias para no volver a repetir los mismos errores, el historiador necesariamente debe ocupar una posición neutral.

Cuando un nacionalista escribe la Historia de la GTA, toma como obligación defender al mariscal López -tarea de abogado, pero no de historiador-, e incluso exculparlo de sus garrafales errores político y militar y de sus innecesarias crueldades, incluso contra su propia familia; evidente indicio de un trastorno psicopático, porque sólo los psicópatas mandan asesinar a sus hermanos, cuñados, prima hermana, obispo de la iglesia católica, veintitrés sacerdotes y miles de sus compatriotas y extranjeros en San Fernando y Potrero Mármol (Villeta), y profanó a la madre mandándola azotar bárbaramente sin sentir dolor moral causado por la conciencia de haber hecho tantas odiosas acciones.

La Historia no valdría la pena de escribirla ni leerla si el historiador la utiliza mal para exaltar tan solo el patriotismo que no es fin de la Historia o hacer héroe al que no lo es o enaltecer a un jefe de Estado como Solano López, que en nada ha contribuido para un Paraguay mejor; sin embargo, aún hay paraguayos que los venera con devoción, más por ignorancia que por patriotismo.

Los lopistas ya deberían de haber sabido que el mariscal López ya ha sido JUZGADO, no por los exaliados sino por la HISTORIA que ante el testimonio abrumador de los aborrecibles hechos consumados dio su inapelable veredicto: CULPABLE DE CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD, por consiguiente, enemigo del género humano.

Finalmente, duele decir, pero es necesario decir: que mucho mejor habría sido para el Paraguay si el proclamado por un decreto del 1º de marzo de 1936 “Héroe Nacional sin ejemplar” no hubiera nacido.

Luque, 16-06-2021.

FIN




CAPÍTULO III    

¿PRETENDIENTE DE LA VERDAD O PAYASO?

PARTE I

En el día de hoy 23-06-2021, uno de los veneradores del mariscal López, el Sr. José Luis Acosta transcribió varios párrafos de un libro del uruguayo Herrera, influyente líder del Partido Blanco, en su artículo titulado “La interpretación dominante en Uruguay sobre los orígenes de la GTA”.

Sr. Acosta, usted sabe bien que en la ROU hay dos partidos políticos. El Partido Blanco que simpatizaba con López; y el Partido Colorado que integró la Triple Alianza contra el presidente paraguayo general Francisco Solano López. El padre de Herrera era ministro de Relaciones Exteriores del gobierno del Partido Blanco, y él fue el planificador para arrastrar a López a la guerra contra el Brasil y la Argentina.

Hubo varios que opinaron sobre el mencionado artículo, entre ellos el DOCTOR EN HISTORIA, Cnel. Hugo Ramon Mendoza Martínez, quien expresó lo que sigue: «JOSE LUIS ACOSTA NO TE PREOCUPES ELLOS NO VAN A APRENDER NUNCA». (En mayúscula son nuestros). Sr. Dr., en historia, debe saber usted que cuando se ama la verdad, jamás se aprenderá a mentir.

Sin nombrarlo, se refería a los que relatamos la VERDAD sobre la GTA. Es decir, sin manipular la historia, y esta posición molesta a los fanáticos lopistas.

Cualesquiera que sean la credencial que una facultad le ha otorgado para acreditar su grado académico que arrogan los historiadores con título de doctor o licenciado en historia, están obligados a mostrar objetividad. Vale decir, deben mostrar su adhesión a los hechos y a la verdad. Señores (as) titulados de historiador, preséntense sin camisa ante los aficionados a la historia -donde este servidor honrosamente pertenece. Si un doctor en historia o cualquiera que obtuvo diploma de historiador considera al mariscal López -como HUGO MENDOZA MARTÍNEZL y los demás lopistas- como “Héroe Nacional sin ejemplar”- o pretende justificar que fue obligado a ir a la guerra por Brasil y la Argentina o fueron empujados por Inglaterra o ignoran sus crueldades, y tal como demostró mediante documentos que exhibió EL HISTORIADOR JLMP, López fue el autor de «el primer y más grande tráfico de tierras fiscales del Paraguay con un solo beneficiario», la codiciosa irlandesa, la señora Elisa Alicia Lynch. Entregado al robo de caudales del Estado y los fusilamientos de miles de compatriotas inocentes de cualquier delito con el solo objeto de sembrar el terror y apropiarse de sus bienes, ignoran que López como la hiena codiciosa de presa, inefablemente sañuda, feroz y sediento de sangre humana perseguía a sus compatriotas y extranjeros; Sr. Hugo Mendoza si usted no entiende todo esto y se convierte en abogado del mariscal López, siento decirle, con todo respeto, que tire su título en la letrina.

Nada más que payaso, nada más que título de historiador son los envenenadores de la historia de la GTA con el propósito de exculpar a un hombre de espíritu maléfico, lo revela a usted como demonio del engaño. ¡Honre sus varios títulos! Recuerde señor diplomados en historia, que los que preferimos la verdad en vez de mito, estamos tratando de desengañar a los compatriotas sobre la historia del héroe por decreto. Nosotros no tenemos la culpa de que el muy venerado por ustedes haya sido tan pérfido.

Luque, 25-06-2021.



                                         ¿PRETENDIENTE DE LA VERDAD O PAYASO?

PARTE II.
Cada fruta que por ahí recogen los lopistas rápidamente se pudre por causa de los buenos y valiente historiadores con que el Paraguay actualmente cuenta, que no se amilanan ante los que opinan sin razonar sobre la GTA por carecer de argumentos válidos como los historiadores nacionalistas y groseros lopistas que actualmente están acorralados por los numerosos jóvenes historiadores, los aficionados a la historia y curiosos que saben razonar que empezaron a aparecer desde 1989. La historieta que cuentan sobre la GTA los diplomados en historia y fanáticos lopistas, el paraguayo que razona bien ya no acepta porque ya no estamos en la dictadura; tampoco el pueblo -que se hallaba en la posguerra embargado por pesadumbre y abatido en desasosiego-, se ha despertado de su letargo y rechaza cualquier hueso que se le tira. A los lopistas le cuesta mucho ordenar sus ideas en la mente para llegar a deducir una conclusión lógica sobre el temible mariscal López. Ellos, no son capaces de aducir las razones en que se apoyan para homenajear a un jefe de Estado que llevó a la bancarrota demográfica y económica a nuestra nación, que hasta ahora sufrimos las consecuencias; entonces se ponen a insultar al autor de algún artículo que pinta la personalidad del héroe por decreto con ironía hiriente y mordaz, con el único objeto de intimidarlos con palabras maliciosas y perversas, y a veces, no infrecuentemente, grotescas.
Es preciso seguir aireando las acciones horripilantes del declarado por decreto presidencial el 1º de marzo de 1936 “Héroe Nacional sin ejemplar”. Los que deseamos imponer la verdad sobre la historia de la GTA, debemos seguir martilleando para meter en la cabeza dura de los lopistas la verdadera historia de la GTA.
Los descaminados lopistas encadenados por el mito mariscal López, sólo pueden redimirse o liberarse rechazando la mentira y aceptando la verdad, porque la verdad es la roca que no se puede remover, en tanto que la mentira se esfuma como el humo con facilidad. La redención sólo les puede llegar, no por camino torcido sino obrando con cordura. Ellos con palabras mendaces y admirable cinismo fingen ser nacionalistas a ultranza y verdaderos patriotas.
A los paraguayos honestos la foto de López impreso en los textos escolares, aunque bien retocado, no es sino una alegoría del diablo, porque él simboliza el terror y la crueldad. A los lopistas le causa pavor la verdad. Ignoran que el nacionalismo es una cosa y el patriotismo otra.

En la hora más queda, el policía del presidente F. Solano López golpeaba la puerta de la casa de honesto ciudadano y lo llevaba preso -sin saber por qué- a San Fernando, donde era sometido a terrible suplicio hasta convertirlo en piltrafa humana antes de mandarlo fusilar, y después López procedía a incautar sus bienes para sí, a la viuda con hijos menores de 14 años de edad los envía a campo de concentración entre los más de 2.000 mujeres que con sus hijos pequeños pasaban lo indecible, pues tenían que sobrevivir comiendo víbora, lagartija, rana o cualquier bicho que camina, repta o vuela que atrapan iba a parar en la cacerola. Es decir, estaban forzadas a imitar las acciones de los animales de presa para sobrevivir, tal como probó el científico inglés Charles Darwin en su obra “El origen de las especies”, que «todos los seres vivos se agarran fuertemente a la vida». El mariscal López demostró con su acto en Cerro Corá cuando observa que un pequeño grupo enemigo avanzaba hacia él.



                                   ¿PRETENDIENTE DE LA VERDAD O PAYASO?

                 PARTE III. 

Empecemos diciendo que el mariscal López, al ocupar una parte las provincias brasileras de Mato Grosso y Río Grande del Sur (Uruguayana), y Corrientes de la Argentina, creyó haber ganado ya la guerra antes de empezar. Cuando un general hace algo, debe hacer bien, entre varias cosas, porque en sus manos la nación ha confiado la vida de decenas de miles de jóvenes. López nunca hizo nada bien. Cada paso que da es un paso en falso; si un general en jefe no es más listo que su rival perderá la guerra.

La obligación de todo jefe de Estado es trabajar mucho y complacer al pueblo. Sus actividades deben enfocarse en mantener la paz, justicia, libertad de opinión, y por este camino lograr la prosperidad nacional.

Los compatriotas diplomados de historiador (a), deben ser mentor de la verdadera historia de la GTA, y jamás desperdiciar sus talentos, conocimientos e inteligencias en nada que no sea la VERDAD. Sin embargo, lastiman el corazón cuando observamos que no son sino unos lopistas más, y peor aún, se sienten orgullosos de serlo.

El mariscal López convirtió por un quinquenio al Paraguay, tierra de promisión, en un lugar tenebroso donde ningún ciudadano tiene la garantía de que amanecerá en su apacible hogar o en el terrorífico San Fernando.

Los que elogian al considerado “Héroe nacional sin ejemplar”, son generalmente empleados públicos que demasiado tratan de mostrar patriotismo, así hacen como que devuelven algo bueno a la nación, pero lo que en realidad quieren recibir algo a cambio, tal como poco trabajo y alto salario o seguridad en el cargo o ascenso o aumento salarial, etc.

Cabe preguntar, ¿qué es lo más noble de Solano López y qué es lo más vil? Los lopistas emplean todas las mañas para atraer a los pocos despiertos compatriotas con elogio al “mariscal de acero” por sus virtudes guerreras porque defendió la patria y no se rindió. Con esta frase cautivan a los incautos compatriotas. Bien sabemos que un general capitula o se rinde cuando ya no tiene opción; entonces decide en salvar la vida de sus compatriotas. Pero un general en jefe que ya perdió incuestionablemente la guerra; en vez de capitular y negociar la paz se pone a huir para salvar su vida, abandonando a su familia y a su tropa tal como López hizo en Cerro Corá, es un acto despreciable.

Los lopistas que dicen que odiamos a López están errados, porque nosotros no odiamos al impío mariscal López, pero sí lo despreciamos. Esta posición causa mucha molestia a los seguidores de O´Leary; lastimosamente no tenemos el don de curar a los que nacieron ciegos.

Los diplomados en historia debían emular a JOSÉ LUIS MARTÍNEZ PELÁEZ, que por muchos caminos y modos ha llegado a la VERDAD sobre la historia de la GTA; y no por una sola escalera ha subido a la altura desde donde su mirada recorre la historia militar paraguaya, con documentos bajo el brazo con que apoya los comentarios que pone a disposición de aquellos que aman la VERDAD. Cuando el padre de Alejandro Magno, Filipo II, asumió el poder en el pequeño Estado de Macedonia, se dirige a su pueblo de este modo: «Si queremos dejar de ser pequeño para ser grande, a partir de ahora el lema de los macedonios será, “CUALQUIER COSA MENOS LA MENTIRA”». Con este lema, su hijo Alejandro Magno convirtió a Macedonia en una gran nación.

Señores lopistas, por si aún no están enterados, ha llegado la hora en que tendrán que poner mucho más ingenio y más empeño para encontrar -antes que meros sarcasmo-, mejores recursos para mantener al chapucero militar, el malvado mariscal López, en el pedestal de barro donde los dictadores lo han colocado por motivo meramente político, y utilizarlo como engañabobos. Pónganse a ilustrarse en obras de historiadores objetivos, independientes y veraces. Los fanáticos lopistas diplomados en historia, para conocer lo que es LA HISTORIA Y SU FINALIDAD, por favor pónganse a leer obras sobre historia escrito por eminentes historiadores como en verdad fueron los ingleses Edgar Carr (“¿Qué es la historia?”), Eric Hobsbawm (“Sobre la Historia”) y Arnold J. Toymbee (“Estudio de la Historia”); y el español José Martínez Ruiz, más conocido por Azorín (“¿Qué es la Historia?”); y por supuesto empaparse de la obra de Leopoldo R. Ornstein (“EL ESTUDIO DE LA HISTORIA MILITAR”), etc., para conocer la enorme responsabilidad que tienen ante la nación. De lo contrario, seguirán haciendo el papel de payaso. La memoria de ustedes parece que se ha detenido en sus abuelos; y más allá del abuelo se les acaba el pasado. Por ello siempre andan armados de nuevas trampas para atrapar incautos, sin notar que el ocaso del proclamado “Héroe Nacional sin ejemplar” empezó a partir de 1989, y está acabando los méritos imaginarios con que sus veneradores lo han acicalado. Es una vergüenza venerar al mariscal López, dejen de vivir en el error y la mentira.

Luque, 28-06-2021.

PARTE IV. ¿PRETENDIENTE DE LA VERDAD O PAYASO?

Nací, me criaron y vivo en la ciudad colorida de amarillo

intenso y azul subido. Aquí puedo escribir todo lo que quiero decir y sacar a relucir todos los argumentos o pruebas condenatorios del mariscal López. Aquí puedo hablar con sinceridad y franqueza sobre la GTA y señalar los garrafales errores de López, así como sus innecesarias crueldades, de tal modo para recordar siempre y no volver a repetir; porque como ADVIRTIÓ el filósofo norteamericano Jorge Ruiz de Santayana: «El pueblo que no quiere recordar algún pasado infausto tal como sucedió, tendrá como CASTIGO el ver como se repite».

En la obra “La conducción del ejército paraguayo en la

guerra del Paraguay de 1864-1870” habremos dicho cosas que no se debe decir -según acostumbre en Paraguay- sobre López, a pesar de ser verdaderos. ¿Habré blasfemado por desear que el pueblo sepa la verdad?

Los lopistas como si fueran chusma, abruman a la gente con

palabrería propio de vulgo y presentan con admirable cinismo como falsa las evidentes atrocidades del Mariscal López. Los que inventan virtudes en este sanguinario tirano tienen que ser repudiados no por muy ignorantes sino por hipócritas y porque afectan un patriotismo que no tienen o porque no entienden lo que es patriotismo.

Durante las dictaduras se han enseñado al pueblo falsedades,

y han criado a niños en la escuela y a los jóvenes en el colegio en las mentiras sobre Solano López, deformando hechos y sembrando confusión. Todos los que dicen para exculparlo son tergiversaciones para alterar los indiscutibles hechos, dando una interpretación errónea a los terribles acontecimientos que llevó al próspero Paraguay a la bancarrota económica y demográfica.

Denominamos HISTORIADOR a aquel que relata los acontecimientos

tal como sucedieron. Es decir, analiza, estudia y examina los hechos para adquirir una visión clara de la historia de una guerra y concluir acertadamente antes de publicar. Él no juzga sino explica los acaecimientos y señala los errores para que sirvan de ejemplos y volver a repetir los mismos errores. Lo que estamos queriendo decir es que una persona que logra el diploma de historiador en una facultad, pero para serlo de verdad tiene que demostrar objetividad en sus publicaciones, porque con solo exhibir título no basta para ser considerado historiador (a), más aún si su conclusión sobre la historia de la GTA no está respaldada por hechos por ser poco creíble o porque se percibe en sus publicaciones evidente indicio de manipulación. Los historiadores auténticos denodadamente vienen luchando para sacar al pueblo paraguayo del letargo en que ha caído, y donde los dictadores y nacionalistas a ultranza lo han mantenido anestesiado desde 1936. El propósito de los historiadores objetivos y veraces es despertar a los compatriotas de su pesada somnolencia y no hacer héroe al que no lo es. Esta es la tarea que los historiadores han emprendido con intrepidez, tesón y valor como objetivo principal e inmediato, enfilando la proa de su nave hacia la verdad. De este modo están pegando duro con el látigo de la verdad a los veneradores del proclamado por un decreto “Héroe Nacional sin ejemplar”. Héroe militar es aquel general que ofrece VICTORIA en la punta de su espada a la nación, y no derrota.

¿Por qué hay tanto interés en negar o esconder o manipular

los repudiables hechos del mariscal López? Tal vez, porque desde niños en las escuelas se los han enseñado que para ser patriota hay que venerar a López; después continúa la exaltación del héroe por decreto en los colegios. La estupidez más grande viene de ellos, a pesar de que nada en Paraguay ha causado tanto sufrimiento a la nación como López. Los lopistas no sienten compasión por los miles de compatriotas inocentes fusilados ni por los miles de mujeres viudas ni por las decenas de miles de niños que quedaron huérfanos. Ellos por todos los medios tratan de darle vuelta a los hechos comprobados de la GTA que frecuentemente por Facebook relatan ilustres historiadores.

Somos contundentes en afirmar que el mariscal López era un

hombre sin entrañas, cruel y desalmado. Los lopistas con aire de sabios patriotas tratan de exculparlo de sus garrafales errores político y militar, y de sus innecesarias crueldades, incluso contra su propia familia, evidente indicio de un trastorno psicopático, porque solo los psicópatas mandan asesinar a sus hermanos, cuñados, amigos y a miles de compatriotas sin sentir remordimiento de sus malas acciones. Mandaba torturar sin tregua a los sospechosos de una conspiración que él mismo inventó, hasta dejarlo como una piltrafa humana, y luego lo mandaba fusilar.

Los que ignoran las entrañas de la historia de la GTA, no

deberían ensayar ninguna opinión sobre el tema, pero puede preguntar. Como dice un refrán: ¡más vale no saber nada, que saber muchas cosas a media!

Para contar la verdad sobre la innecesaria hecatombe de

1864-1870, no necesito ponerme en guardia contra los embusteros, pues, acostumbro a vivir sin precauciones. En cambio, gente que venera a López tiene que mentir y tiene que ser siempre ambiguo; es decir, dudoso el sentido de sus opiniones sobre el “héroe por decreto” o alguna alusión oscura sobre los horripilantes hechos cometidos o alguna confusión en las ideas o alguna explicación incompleta o defectuosa. Tampoco lo que admite es ni con mucho, tan cierto como debía serlo. Siento decir, que causa antipatía las personas que no han aprendido a bendecir la verdad o maldecir la mentira.

Desde 1936 el lopismo se infló por 53 años, y a la postre

revienta como la rana. Pues, los historiadores desde 1989 empezaron a pincharle el vientre que ya estaba bastante inflado.

Todo el mundo sabe hoy día lo que pasó en el terrible

quinquenio de 1864-1870, y como pasó. Sabemos que no está bien hablar mal de un muerto. Nosotros no hablamos mal del mariscal López, sólo contamos la verdad de todo lo que hizo en perjuicio de la nación, para que no se repita nunca más. Si no contamos al pueblo y no lo recordamos frecuentemente, existe la posibilidad que se vuelva a repetir. Es preciso que la nación tome precauciones para no caer de nuevo en el negro abismo donde el proclamado por un decreto presidencial el 1º de marzo de 1936 “Héroe Nacional sin ejemplar” llevó a la nación sin motivo alguno, a una guerra de exterminio. Por todo esto, queda demostrado que nosotros no tenemos la culpa de las barbaridades que López cometió. Las víctimas de la persecución de Solano López desde sus tumbas gritan en coro ¡JUSTICIA!

Luque, 30-06-2021.



PARTE V. ¿PRETENDIENTE DE LA VERDAD O PAYASO?

Jóvenes compatriotas, no vayan

por el camino por donde andan los nacionalistas, pues probado está que es muy mal camino, y está sembrado de cruces. El gobierno lopista que se apoderó del poder en 1936 tras un golpe de Estado, con el solo objeto de congraciarse con el pueblo mandó traer de Cerro Corá el primer esqueleto humano que encontraron, y con pompa fue recibido y depositado en el Panteón de los Héroes con los verdaderos héroes: esto fue un acto perverso y corrompedor. No puede caber ninguna duda que los cadáveres del mariscal López y de su hijo Panchito que fueron sepultados juntos siguen dormidos, envueltos en mortajas en Cerro Corá. Sin embargo, hay que reconocer que el gobierno ultranacionalista del coronel Rafael Franco, con aquel acto solemne intentó consolidarse en el poder, sembrando la semilla de la mentira que germinó, se desarrolló y tuvo buenos frutos hasta 1989. A partir de este año empezó a dar cada vez menos frutos, indicio que está cercano de la extinción de la gran mentira que crearon Enrique, hijo del mariscal López, y Juan E. O’Leary, fortalecido después por Natalicio González.     

Solano López y madame Lynch, concupiscentes de codicia, envidia enconada, resentimiento vindicativo, orgullo altanero y corazones duros y crueles, fueron culpables del desastre nacional que costó a la nación más de 250.000 víctimas más los bienes materiales como la destrucción de la flota mercante de Estado que Carlos A. López formó, y la total paralización de la producción agrícola y ganadera; el primero por falta de brazo para cultivar la tierra y el segundo porque el ejército en guerra todo consumió.

La chusma lopista compuesta de gentes gandules, esclavos

del archifarsante O´Leary, que con ojos fríos y pensamientos viles hurgan en la basura en busca de algo que puede exhibir en defensa de su venerado “héroe por decreto”, que en gran parte de la guerra mataba el tiempo fusilando a sus compatriotas, extranjeros y prisioneros de guerra, y huyendo del enemigo con las bolsas llenas del tesoro del Estado y de los bienes de los fusilados de los cuales se apropió arbitrariamente.

Señores veneradores del mariscal López, cada comentario que hacen a favor del declarado por decreto del 1º de marzo de 1936 “Héroe Nacional sin ejemplar” huele a putrefacción. Leer sus diatribas de sarcástico estilo y lenguaje duro de por sí ya desvirtúa e invalida sus opiniones; y esto hacen ustedes porque carecen de argumento que puedan exhibir ante los compatriotas que saben razonar y ante los centenares de diplomáticos y agregados militares de países amigos quienes están bien enterado de la historia de la República del Paraguay. ¡POR FAVOR, DEJEN DE HACER EL RIDÍCULO ANTE TANTOS TESTIGOS!

Los generales José María Bruguéz y Vicente Barrios fueron

los más valientes de la GTA. Ambos estaban pronto para rebelarse contra López, pero les faltaba algo importante, no tenían mando de tropa, excepto el general Bernardino Caballero uno de los factótums del mariscal López. Para cada batalla nombraba como comandantes de división ad hoc a un general.

El general valiente es aquel que considera que servir, no

al general en jefe, sino a la nación es su principal tarea.

A partir de Cordillera López era perseguido por el enemigo como si fuera su sombra hasta Cerro Corá, de tal modo que le pisaba los talones, pero en vano trataba de desprenderse de su sombra que se le pegó hasta su muerte ignominiosa. Sin embargo, con sus veneradores pasa algo semejante, pues ellos pisan constantemente no solo los talones, sino el cuerpo entero de la verdad. Son mentirosos empedernidos que se obstinan en el error y persisten en el vicio de pretender convertir en héroe al que no lo merece.

El mariscal López, atrapado por la enfermedad de Caín

asesinó a sus hermanos Benigno y Venancio; también a sus dos cuñados. Antes de asesinar a Benigno, con saña despiadada le sometió a suplicio intenso y continuado por un par de meses que lo dejó tetrapléjico, y luego lo mandó fusilar. Después de una sesión de tortura para que cuente la “verdad”, dice Jorge Federico Masterman, autor de “Siete Años de Aventuras en Paraguay”: «cuando entramos después de una sesión de torturas en nuestras respectivas perreras de 1, 20 metro de largo por 0, 70 metro de ancho y de altura, nos sentíamos aliviados y gozamos con deleite de la soledad, siempre agarrados con fuerza y esperanza a la vida».

Los lopistas nunca dicen nada de los sucesos de San

Fernando, Potrero Mármol, San Estanislao, Curuguaty y Zanjahu. ¿Por qué nunca hablan de los horripilantes asesinatos cometidos por el venerado “héroe por decreto” en esos lugares?

El 1º de marzo de 1870 recién llegó al Paraguay el gran

día: la muerte de la dictadura y el nacimiento de un Estado liberal.

No es tarea de nadie exculpar ni esconder del pueblo los malos hechos de un jefe de Estado. López cometió la estupidez propia de los que viven aislado de la sociedad; él no hablaba con la gente y solo escuchaba a sus esbirros para enterarse de chisme. No tenía deseo de conocer la aspiración del pueblo porque estaba convencido que sabía todo acerca de todo; en su mente cabía solo el llegar a ser conquistador como Alejandro Mago o Julio César o Napoleón, pero las palabras paz, justicia y prosperidad nacional no figuraban dentro de su proyecto de gobierno. Un jefe de Estado que desea emular a Eligio Ayala, no debe perder tiempo en interesarse de la pequeña miseria del pueblo, sino cómo impedir cualquier amenaza a la paz para alcanzar la meta: asegurar la integridad territorial y la prosperidad nacional. López ignoraba que no se debe aspirar a nada que sea superior a su fuerza, más aún cuando aspira a cosa grande como la serpiente boa que pretende engullir un caballo.

Los lopistas han aprendido a creer sin razonar, entonces

¿cómo se puede disuadirlos con razones? Se jactan de que nunca mienten sobre el patriotismo y heroísmo del mariscal López; pero de la impotencia para mentir al amor a la verdad hay un enorme trecho. Ellos sienten angustias cuando se lo refriega por los morros las incompetencia y hechos crueles de su héroe por decreto. Sentimos su dolor, pero deben saber que el dolor invariablemente hace cacarear a la gallina.

Un oficial que ha obtenido su diploma de comando y estado mayor y va a la guerra con el diploma bajo el brazo, pero sin estar empapado de la historia militar, será como el músico que toca, pero no baila. No existe nada peor de un oficial que no ha bebido en la fuente del arte de la guerra: la historia militar. Es como alguien que no ha aprendido a bailar como hay que bailar. Jóvenes oficiales, aprendan a bailar de experiencias ajenas y enseñen a bailar como es debido a las generaciones que le suceden: ¡esto no es gentileza sino un deber!

El gobierno que proclamó al mariscal F. S. López como

“Héroe Nacional sin ejemplar” siente efluvios de admiración y dio un gran paso hacia el descreimiento, y peor aún, mostró falta de sentimiento hacia los 250.000 muertos, prisioneros de guerra y miles de compatriotas ejecutados, las 2.000 mujeres con sus hijos menores deambulaban por los campos de concentración igual a los judíos en mano de Hitler o El corazón de un hombre que sabe razonar brinca de pena al descubrir que el propósito de venerar a López no era sino para exhibir al pueblo que el gobierno sudaba de patriotismo. Todo con un objetivo meramente político: ganar apoyo a su detestable gobierno que rompió la democracia luego de 66 años (1870 a 1936). Pretendiendo desmeritar de modo perverso a los victoriosos conductores de la guerra del Chaco: Ayala y Estigarribia. Esta actitud maliciosa del gobierno instalado por un golpe de Estado en 1936, impide creer a los lopistas en este tiempo de libertad de opinión limitado solo por la conciencia de cada ciudadano.

¡Compatriotas, cuidémonos que no se materialice en nuestra nación la teoría del filósofo alemán Friedrich Nietzsche de ¡«el eterno retorno»!

FIN DE ¿PRETENDIENTE DE LA VERDAD O PAYASO?

Luque, 02-07-2021.



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