jueves, 7 de febrero de 2013

La Seguridad Nacional. CAPÍTULO II


…¿Cuál es el significado de Seguridad Nacional? Como cada país es diferente en cuanto a su situación y área geográfica, calidad y cantidad de la población, ciencias, tecnologías, industrias, capacidad de consumo, poderes económico y militar, etc. Consecuentemente tiene también objetivos diferentes. Por ejemplos: para la R. F. de Brasil podría ser el conservar el liderazgo en América del Sur e integrar como miembro permanente el Consejo de Seguridad de la ONU; para la Argentina, recuperar Las Malvinas; para Bolivia, recuperar su salida al mar; y para el Paraguay sería fortalecer su soberanía, absorber a las minorías extranjeras que habitan el Alto Paraná, disponer de sus recursos naturales, materias primas y conseguir tecnologías para facilitar el desarrollo nacional.

   La existencia de una voluntad contraria a los objetivos nacionales o una amenaza a algunos de los intereses vitales de la nación pueden existir en los campos político, económico, social, diplomático y militar. Entonces, podemos definir la Seguridad Nacional como la de proteger adecuadamente la independencia nacional, la integridad territorial de la nación, la soberanía, los recursos humanos y naturales, la vigencia plena de la Constitución Nacional, y que el logro de los objetivos fijados por el gobierno nacional se encuentren amparados de todos aquellos que intentan producir interferencias, sea cual fuere el motivo que se invocan. Por consiguiente, una aceptable situación de Seguridad Nacional se consigue con adecuadas medidas de DEFENSA NACIONAL.

   Pasamos a analizar someramente cada uno de los intereses vitales de la nación mencionados en el capítulo I:
  1. El territorio. Ejercer un eficiente control en el espacio nacional que por derecho corresponde al Paraguay, vale decir, en tierra, en el aire y los ríos.
  2. Los recursos humanos y naturales. Considerar cantidad y calidad de la población para proveer profesionales idóneos que puedan satisfacer las demandas de las empresas radicadas en el país. Mejorar notablemente la calidad de la educación o instrucción en los niveles primario y secundario. Multiplicar los científicos existentes para aprovechar las abundantes materias primas que se disponen.
  3. La Constitución Nacional. Su estricto cumplimiento debe ser un imperativo categórico para todos los habitantes del país, por razón de que ella no es un conjunto de mera buena intención. Cualquier intento de interpretación maliciosa, La Corte Suprema de Justicia debe caerle encima del bribón con rigor ejemplar.
  4. La soberanía nacional. La capacidad de decidir y hacer dentro del territorio nacional todas las actividades en forma autónoma. El Gobierno del Estado deberá escoger la línea de acción que más le conviene a la nación, sin necesidad de pedir autorización de nadie.
  5. La diplomacia. Contar una diplomacia de alta calidad para mantener buenas relaciones con todos los países, especialmente con los de la región, que sea capaz de prevenir los conflictos internacionales y tomar las medidas más convenientes para evitar exponer la nación a la humillación o convertir en ludibrio la bandera nacional. El mundo actual nos muestra a los países agrupados y comprometidos por pactos y tratados que ejercen una acción limitativa a la decisión soberana del gobierno de un Estado. Vale decir, al integrarse en una asociación de países con objetivos comunes, necesariamente uno está obligado a ceder voluntariamente una partícula de su soberanía a favor del grupo. O sea que, los gobiernos ya no pueden hacer lo que se le antoja en su propio país sin calcular el efecto sobre los otros países y sin medir las consecuencias de sus actos. Consecuentemente, cada país debe procurar acomodarse a los demás y ajustarse a los pactos y Tratados.
   La capacidad que tienen los Estados para convivir en la región o en el continente es diversa. Existe país al que se puede comparar con piedras para construir un edificio. Cuando una piedra que por su aspereza e irregularidad de forma quita a las otras más sitios de la que ella ocupa, y, debido a su dureza no se deja pulir, obstaculizando de este modo la construcción, es rechazado por el arquitecto o el constructor como algo que no puede aprovecharse y que causa dificultades. De igual manera, cuando un Estado, por falso orgullo o por intereses sectoriales o ideológicos,  y debido a la terquedad de sus autoridades constituyen una dificultad para lograr el objetivo propuesto, tiene que ser necesariamente separado del grupo. Y lo más importante es, que el gobierno nacional sepa que su primer deber  es con la nación, por lo tanto, no puede derramar sangre paraguaya por una causa ajena a los intereses de la nación paraguaya y movilizar las FFAA para ir a socorrer a otro, o ir a meterse como un mequetrefe en los asuntos internos de otro país, poniendo en riesgo la paz y el progreso nacional.


Luque, 30 de enero de 2013
Coronel (SR) Teodoro R. Delgado

0 comentarios: